La crisis Iguala-Ayotzinapa le ha costado ya al PRD un millón y medio de votos, según encuestas internas, de cara a las elecciones federales intermedias del año entrante.

Ese costo político electoral incluirá también la salida de militantes hacia otros partidos de izquierda. Los líderes de las facciones perredistas consultadas no creen que vaya a ser una desbandada, aunque estiman que estén por salir otros históricos del PRD, como el senador Alejandro Encinas o Marcelo Ebrard, a quienes ven incorporados a Morena.

Según mediciones realizadas, el PRD perdería hasta cuatro puntos porcentuales de su votación, de modo que si en 2012 obtuvo 16% de los sufragios, en 2015 conseguiría 12%. Los más pesimistas le apuestan a alcanzar un porcentaje no menor de dos dígitos, 10%.

Cada punto porcentual de la votación equivale a 400 mil sufragios, por lo que estiman un millón 600 mil votos.

Las encuestas perredistas consignan una pérdida de votos del PAN de dos o tres puntos, con lo que pasarían del 26% logrado en 2015 a 23 ó 24% el año entrante; mientras que al PRI le contabilizan una pérdida de dos puntos, con lo que pasaría de 30 a 28%. En cuanto a Morena, estiman que alcanzará hasta 6% de la votación, porcentaje que duplica el mínimo requerido para ratificar su registro.

Los perredistas consultados aspiran a una recuperación para las presidenciales de 2018 y ven ahora como su candidato al jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera. Descartan a Ebrard porque lo ven emigrando hacia Morena donde, estiman, Andrés Manuel López Obrador va a respetar el compromiso que hizo con el ex jefe de gobierno cuando en 2012 declinó su posible candidatura a favor del tabasqueño. Y dicen que la aduana que tendrá que pasar Ebrard para alzarse con la candidatura de Morena, será el escabroso caso de la Línea 12 del Metro.

Llama la atención, por otra parte, que los cálculos perredistas ven al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas apoyando la candidatura de Ebrard, sin que se sume a Morena quien fuera el fundador del sol azteca. Lo ven enarbolando la ya planteada causa de una nueva Constitución.

Esta es una primera aproximación del perredismo a los costos políticos de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, municipio y estado gobernados por candidatos postulados por ese partido político.

No es descartable, sin embargo, que ese costo siga en aumento; no se puede asegurar que se vaya a desactivar pronto una movilización social que lo tomó como bandera para protestar contra un cúmulo de agravios recientes e históricos.

Y ese costo también deberán calcularlo las otras fuerzas políticas como el PRI y el PAN pues la crisis que enfrenta el país por la tragedia de Iguala, también las toca a ellas.