Cuidado con lo que piensas

OPINIÓN 10/09/2013 05:00 Actualizada 05:00

Dicen que hay que tener cuidado con lo que uno desea, pues se puede volver realidad. Y yo digo que hay que tener cuidado con lo que uno piensa, pues se puede volver realidad.

¿Cómo es esto? Aquí la explicación:

Tus pensamientos y creencias determinan tu conducta. Si estás convencido de que "no naciste para amar" o de que "nadie nació para ti", como dice la canción de Juan Gabriel, entonces en una fiesta en la que podrías conocer a una candidata a pareja, te haces a un lado, prácticamente te escondes.

Tus acciones influyen en el comportamiento de otras personas. En el caso anterior, sentarte en un rincón donde nadie te ve, hace que las personas a tu alrededor te ignoren. Así es como actúas de acuerdo con una idea, compruebas tu creencia y la refuerzas. Muchas creencias son prejuicios, sin fundamento.

Si tienes la convicción de que no eres lo suficientemente inteligente para hacer un trabajo, te das por vencido fácilmente: no haces tu mayor esfuerzo por comprender. El resultado ya lo conoces: bajo aprovechamiento y bajas calificaciones. Así es como tu creencia determina en buena medida qué tanto esfuerzo haces y cuánto aprendes.

Cuando entablas una conversación con un desconocido con la creencia de que le puedes caer bien, actúas de forma cálida, abierta y amistosa. Es muy probable que esa persona responda positivamente en reciprocidad a tu actitud amigable. Así, lo que piensas se vuelve realidad.

"Si siembras maíz no esperes cosechar trigo"

Es curioso cómo hacemos todo lo posible por confirmar nuestras creencias, actuando de acuerdo con éstas, consciente o inconscientemente. Así las convertimos en realidad. Si vives impregnado de ideas negativas, actúas conforme a éstas y tus experiencias diarias son también negativas. Si vives bajo ideas positivas, tu conducta coincide con éstas y tus experiencias diarias son también positivas. Cada pensamiento, que es como una semilla, produce su propio fruto. No esperes cosechar trigo si siembras maíz.

Así pues, si tienes la firme creencia de que no vas a tener éxito en algún proyecto, es probable que actúes con pereza o desinterés y que, por lo tanto, el proyecto termine siendo un fracaso. Si entras al matrimonio con la certeza de que fracasará, no le echas ganas a la relación y tus temores y convicciones hacen que, en efecto, fracase.

Observa tus pensamientos

Mantente atento a lo que pasa por tu mente. Muchos pensamientos son automáticos. Cuando hables, pon atención a lo que expresas. Identifica las palabras totalizadoras, como nunca, nadie, siempre, todo, nada, que generalmente no describen fielmente la realidad.

Recuerda que lo que dices es lo que piensas. Pero basta con que la idea aparezca en tu mente, consciente o inconscientemente, para que actúes de acuerdo con ésta. No es necesario expresarla verbalmente. Constantemente, busca evidencias que descarten o confirmen tus creencias. Hazlo como un ejercicio. Está consciente de que tu pensamiento determina cómo vives. Cuidado con lo que piensas, pues se puede volver realidad.

CITA:
"Gran parte de lo que llamamos razonamiento consiste en encontrar argumentos para seguir creyendo lo que ya creemos"
JAMES HARVEY ROBINSON, HISTORIADOR ESTADOUNIDENSE

DATO INTERESANTE:
Los expertos en neurociencia afirman que nuestro cerebro está programado para enfocarse más en lo negativo: preocupación, desaprobación, peligro, enfermedad, miedo. Cuando expresamos verbalmente pensamientos negativos, nuestro cerebro produce más químicos relacionados con el estrés. (www.psychologytoday.com)

RECOMENDACIONES:
Aprende a vivir con optimismo
Autor: Catherine Douglas
Editorial: Robin Book / Hiperlibro
Sinopsis: La autora nos enseña cómo motivarnos aplicando las técnicas del pensamiento positivo y desarrollo de la autoestima. Aporta consejos que pueden aplicarse de manera inmediata.

Comentarios