Un homenaje al héroe de carne y hueso que la cultura estadounidense no pudo emular con sus personajes de ficción inmortales. Y es que como dice la rola "era de nogal y por eso luchaba tanto". Tan real, como la máscara plateada que ya es parte de nuestra cultura diaria, todos somos, de alguna forma, El Santo.

Es complicado afirmarlo, pero es posible que sin el mito de este personaje, de quien dicen no era el mejor ni técnica ni físicamente, la lucha libre hubiera adquirido tanta importancia en la sociedad mexicana.

Un país, desde siempre, necesitado de ídolos que lo salven de los políticos, de la amargura de un sistema que al paso de los años deterioró la realidad mexicana. Ahí entró El Santo, y tras él, muchos de los encapuchados que siguieron sus pasos de idolatría en los encordados, figuras urgentes para el mexicano decepcionado de su cotidianidad y que vio en el enmascarado al ser capaz de acabar con los monstruos internos y emocionales que la vida le destinó. 

Y no, El Santo no necesitaba que la WWE lo inmortalizara, nació con esa cualidad. Es más, la WWE lo necesitaba a él en su Salón de Fama, porque ninguno como el plateado para darle sentido a un espectáculo donde la lucha entre el bien y el mal sobrevive, y en la que el esteta originario de Tulancingo era insuperable.

No tuvo que luchar allá para que su nombre cruzara fronteras, le tocó una época en la que la internacionalización era utopía para los luchadores, pero superó esa barrera a través de los años con su recuerdo imborrable de hazañas sobre el cuadrilátero.

Si El Santo viviera, sería el gran aliado mexicano contra Donald Trump y sus secuaces, un político que odia a los nacidos de este lado y que tuvo que soportar el homenaje al ídolo azteca por la empresa en la que ha tenido y tiene una injerencia importante.

El Santo sobrevive porque su esencia sigue intacta. La “evolución” le hace los “mandados”, tanto como los rudos. Así es El Santo, inmortal desde siempre y capaz de traspasar culturas. La estadunidense es una más en su palmares... Bien por WWE, mejor por la lucha libre mexicana, que tiene en él a su emblema.

¡Buenas luchas!