Vivir al día, hazaña ciudadana

LEO AGUSTO

OPINIÓN 10/01/2018 09:49 LEO AGUSTO Actualizada 09:49

Para quien no vive en México debe ser una delicia de surrealismo vivo contemplar el show de cándidos candidatos jugando a ser gente común. Porque para los nacionales, la pena es ajena al ver a Ricardo Anaya tratando de convertir en acto de campaña llevar a sus hijos al colegio. Así lo dijo en Twitter él mismo, “colegio”, con dejo clasista para especificar que sus vástagos no asisten a una escuela pública, como la mayoría de los hijos de la clase trabajadora.

Tantos elogios dedicó Anaya a las reformas estructurales en diciembre de 2013, entre ellas la educativa, que no se entiende por qué el panista no confía en la educación pública que él mismo ayudó a configurar como diputado federal. 

La promesa de campaña que usted no escuchará del panista es que si gana la Presidencia de la República, cualquier mexicano podrá instalar a su familia en la ciudad de Atlanta, Georgia, como una alternativa a la inseguridad pública. 

López Obrador siguió en la línea discursiva que dictan los “estrategas” y fue a cortarse el pelo en Xalapa, Veracruz. La estilista Citlalli, que en náhuatl significa ‘Estrella’, hizo un buen trabajo con el modelo corrido en terracería. 

El tabasqueño publicó en Twitter un video de dos minutos que, al momento de escribir estas líneas, contaba con más de 100 mil vistas. Mañoso como lo conocemos, Obrador utilizó la estrategia para amainar la difusión de la fotografía de una barda pintada de apoyo a su candidatura presidencial en Venezuela.

Simpatizantes de Morena denunciaron “guerra sucia”, pero no dijeron lo mismo cuando el chavismo manifestó su apoyo en 2012 vía el SME, mientras que los detractores acusaron con sorna que la pinta fue por gracia de “ya Chávez quién”, en alusión al spot de Morena repetido hasta el hartazgo. 

Los políticos en general se distinguen por el oportunismo, por seguir la corriente de las tendencias de moda en comunicación política, ven un “caminito” y por ahí transitan para hacerse del poder, parecer ciudadano para marcar distancia de la desprestigiada clase política a la que pertenecen. 

Caso claro, Gerardo Fernández Noroña, quien busca regresar a la buena vida que ofrecen la curul, la dieta legislativa y el presupuesto de las comisiones en la Cámara de Diputados: dice que quiere representar al pueblo de Iztapalapa.

Y para que todos puedan ver que es más ciudadano que político, Noroña circuló una fotografía donde se le aprecia en un estacionamiento empujando un carro de supermercado con cajas, una postal más cercana a la indigencia política que a la aspirada ciudadanía apolítica.

Porque millones de mexicanos sufren ahora mismo los efectos de la cuesta de enero, economistas pronostican que se extenderá hasta marzo. El ciudadano promedio en México ha tenido que buscar escuelas públicas o privadas de bajo costo a dónde mandar a sus hijos, ha espaciado sus visitas a la peluquería y antes de ir al “súper”, se ha atravesado una escala en las casas de empeño. 

Mi voto será para el aspirante que se tome una ‘selfie’ en la fila del Montepío o entre los empujones del transporte público. Bienvenidos a la realidad, candidatos. 

Periscopio. Otro exabrupto fue el cometido por el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, quien en las fiestas de diciembre ofreció una conferencia de prensa, pero olvidó quitarse el reloj carísimo que utiliza cuando los votantes no están. Y al ser exhibido en la prensa y en redes sociales, amenazó con demandas por daño moral. Pero, ¿cuál moral, gobernador? En dado caso, a juzgar por los resultados de su gobierno y el intento de heredar el cargo público a su hijo, la moral pública del gobernador estaría valuada más o menos en el precio del reloj incómodo, “30 veces menos”.

Bitácora de lo absurdo. En ese intento de mostrar empatía al electorado, el precandidato del PRI, José Antonio Meade, se reunió ayer con “jóvenes” en popular café de la capital de Querétaro; sólo que la juventud de los comensales sea interior, porque la mayoría de los simpatizantes pintaba canas. 

t@LeoAgusto

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