Hipocresía en la SEP

OPINIÓN 09/08/2013 05:00 Actualizada 05:00

Alrededor de 193 profesores que ocupaban plazas de jefes de Enseñanza, en secundarias públicas del Distrito Federal, fueron despedidos de manera arbitraria por autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP), encabezada por Emilio Chuayffet.

De manera ilegal y arbitraria les han cortado sus derechos laborales a 143 profesores de secundarias diurnas y 50 de técnicas, quienes han sido víctimas de presiones y acoso, incluso en sus hogares, para hacerlos renunciar.

Esta ola de despidos es consecuencia directa de la llamada reforma educativa que, como lo planteamos desde un principio, no tiene ninguna finalidad pedagógica, sino el objetivo puntual de facilitar el despido de la planta académica, por lo que es una reforma antilaboral.

Es una burla que mientras se dicen preocupados por la calidad de la enseñanza se despide al personal mejor calificado, ya que las y los profesores agraviados son de los más preparados, la mayoría cuenta con estudios de posgrado, así como libros y artículos publicados sobre el tema de la enseñanza. Se trata de docentes que gracias a su empeño pasaron de impartir clases a dirigir escuelas, y de ahí a orientar y supervisar a sus compañeros.

La capacidad y los méritos escolares de quienes hoy sufren esta injusticia por parte de la SEP contrastan con las endebles trayectorias y conocimiento de muchos de quienes hoy ocupan puestos directivos en esa institución.

Sin embargo, decidieron echarlos con el pretexto de racionalizar los recursos y evitar la duplicidad de funciones. No obstante, la planta administrativa de la SEP sigue creciendo y sus altos funcionarios no dejan de disfrutar de privilegios con cargo al erario.

Lo que menos importa es la calidad educativa ni el futuro de los niños. Despiden a los profesores más preparados y, de forma casi simultánea, se descubren 117 errores ortográficos en los libros de texto.

La anécdota es un monumento al cinismo, pero también una característica emblemática de la decadencia que priva en la alta burocracia de las instituciones federales.

También, el hecho desnuda y muestra tal cual la demagogia utilizada por el llamado Pacto por México para impulsar sus reformas que curiosamente siempre tienen el efecto contrario al que dicen buscar.

Dijeron que la finalidad de la reforma era mejorar la educación y se deshacen de los mejores docentes de la misma forma como hoy dicen que no quieren privatizar el petróleo.

Comentarios