Para vencer la dulce adicción

OPINIÓN 09/07/2013 05:00 Actualizada 05:00

Uno de los gustos más agradables es el dulce, tan agradable que se le ha equiparado con experiencias placenteras que van más allá de los sabores para transformarse en delicias sensoriales: palabras dulces, besos dulces, sueños dulces, hasta llegar a la dulce adicción.

A pesar de su aparente inocente presencia en la vida diaria, el azúcar alimenta en muy buena parte la pandemia de obesidad. En todos lados podemos encontrar una gran cantidad de productos con altas concentraciones de azúcares: bebidas, pastelillos, galletas, pan, helados, todos ofreciéndose alegremente, pero cuidado, ese es el verdadero peligro.

A diferencia de los carbohidratos presentes en los alimentos en su forma natural, los refinados o industrializados se absorben de golpe, causando altos niveles de glucosa e insulina en sangre y activando receptores cerebrales de manera similar a los que causan otras drogas como la cocaína.

¿Qué pasa en el cerebro? En las personas con resistencia a la insulina por consumo excesivo de azúcar, la producción de dopamina en los centros de placer del cerebro, es más baja de lo normal, así que, después de consumir el café con azúcar, más una dona, o tal vez un atole dulce con pan también dulce, en lugar de recibir una señal de "me siento lleno" se tiene la necesidad de comer una segunda dona o vaso de atole.

Pero eso no es todo, tres a cuatro horas después de consumir los alimentos azucarados estaremos más hambrientos, también podemos sentirnos nerviosos, desanimados o agresivos, lo que nos lleva a buscar más comida con azúcar convirtiendo los días en un ciclo interminable de comer cada vez más y más y no sentirnos satisfechos.

¿Qué hacer para vencer la tentación de más azúcar?

· Es necesario tomar medidas drásticas: elimina todos los dulces de tu dieta, en especial bebidas azucaradas, pastelillos, jarabes, mieles o mermeladas con azúcar, fructuosa o jarabe de maíz. De esta manera podrás vencer más fácilmente el ciclo de comer de manera excesiva.

· Planea una dieta que tenga carbohidratos complejos, comienza el día con cereal como avena y una fruta, y convierte en un hábito consumir pan hecho con granos integrales. En lugar de postres como pastelillos o helado, come fruta.

· Busca alimentos ricos en fibra, la cocina mexicana tiene buenas opciones por ejemplo: frijoles, lentejas o nopales. Los vegetales son una fuente muy importante de fibra, vitaminas y minerales: lechuga, brócoli, calabazas, espinaca.

· Hidrátate bien, consume suficiente agua simple, evita las bebidas azucaradas o de dieta, bebidas deportivas y aguas frescas que contengan azúcar o jarabes; lo importante es también desacostumbrarse a los alimentos con sabor dulce.

· Si bebes café o té, tómalos sin azúcar.

· Revisa las etiquetas de los alimentos, busca la cantidad de azúcar en gramos por ración, compara productos y elige los de menor cantidad. Si tiene mucha no lo compres.

· Si te da mucha hambre entre comidas, prepara tus colaciones con verduras crudas y frescas como zanahorias, pepinos y jícama. Disfruta su sabor sin agregar sal.

· Para distraerte de la tentación del azúcar, mantente ocupado: lee algo interesante, sal a caminar, mantén atareadas a tus manos y tu mente.

"El azúcar no es comida. Es una droga alta en calorías". Julia Ross, MD.

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