Las agendas

OPINIÓN 09/05/2013 00:00 Actualizada 00:00

SEGURIDAD. Antes de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, el gobierno de Vicente Fox buscó que Estados Unidos tomara el tema migratorio como un asunto bilateral de alta importancia. Denominada por el entonces canciller Jorge Castañeda como la “enchilada completa”, se impulsó una reforma migratoria integral que beneficiara a millones de hispanos que viven en Estados Unidos.

Las expectativas fueron muchas. El problema uno solo. Los atentados antepondrían el tema de seguridad en la agenda de Estados Unidos. Aumento a la seguridad interna, invasiones a Afganistán e Irak marcaría el debate internacional con nuestro país vecino.

El cambio de agenda bilateral llegaría de la mano con una nueva administración y bajo el mismo enfoque. Aumentar la seguridad, pero ahora en nuestro país. Bajo ese escenario se firmaría un plan para incrementar el intercambio en temas de seguridad: la Iniciativa Mérida, definida por la embajada norteamericana como un programa “histórico de cooperación que reconoce las responsabilidades compartidas de Estados Unidos y México de luchar contra la violencia generada por las drogas que amenaza a los ciudadanos de ambos países.”

Se han destinado cerca de 1,600 millones de dólares para profesionalizar la policía, implementar la reforma judicial y penitenciaria, infraestructura fronteriza, entre otras.

Estamos de acuerdo en la cooperación y coordinación con Estados Unidos para combatir el crimen organizado, pero no en la intromisión en los sistemas de inteligencia, vigilancia y seguridad. A pesar de la ayuda y los millones de dólares en equipamiento, no se logró el objetivo.

La presencia de México con responsabilidad global, que fomente la cooperación entre las naciones es el nuevo enfoque de la diplomacia mexicana. Bajo este esquema la relación con América del Norte se transformará para minimizar la interdependencia y maximizar las acciones de prosperidad compartida.

MIGRACIÓN Y ECONOMÍA. La visita del presidente Obama a México se dio en el marco de su segundo mandato y el inicio de una nueva administración en nuestro país. La modificación de la agenda bilateral podría estar dominada por la reforma migratoria que está por discutirse en el seno del Senado norteamericano, así como el fortalecimiento en la cooperación comercial de la región de América del Norte frente a tratados internacionales como el Acuerdo Estratégico Transpacífico para la Cooperación Económica.

Reflejo de los nuevos aires diplomáticos es la declaratoria conjunta México-Estados Unidos. Se delinearon cuatro pilares. El de la competitividad económica, los vínculos entre ambas sociedades, el liderazgo en temas regionales y globales así como la seguridad ciudadana son los temas en los que los dos gobiernos enfocarán su relación durante cuatro años de administración del presidente Obama.

El escenario pinta diferente. Los mensajes fueron suficientes. El presidente Obama inició la discusión de la reforma migratoria desde el Museo de Antropología. El presidente Peña Nieto recibió el apoyo norteamericano en la reconfiguración de la agenda bilateral. “El cambio no vendrá si esperamos a alguna otra persona, o si tenemos que esperar otro momento. Nosotros somos los que hemos estado esperando. Somos el cambio que buscamos.”

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