Con sazón del gabacho

OPINIÓN 09/01/2015 05:00 Actualizada 05:00

ENTRE gigantes trozos de carne, costillas ahumadas con costras crujientes, mesas alargadas de madera y un remolque campirano, en este lote baldío de la colonia Narvarte comer se transforma en una experiencia internacional. Y es que al puro estilo de Estados Unidos, el barbecue texano aquí preparado rompe las fronteras entre el sabor y la tradición.

Se llama “El Pinche Gringo” y como su nombre lo dice, fue Dan DeFossey “un estadounidense proveniente de Nueva York”, quien con humor y entusiasmo abrió este lugar.

“Encontré que los mexicanos tenían una percepción de las costumbres estadounidenses basadas en la comida rápida. Y me decidí a cambiarlo y a ofrecerles una verdadera experiencia americana”, menciona.

Así, junto a su socio Roberto Luna, un mexicano igualmente adicto a las costillas, emprendieron una ruta de sabor donde visitaron cientos de restaurantes de carnes ahumadas en Texas para traer la inigualable receta estadounidense del barbecue original.

El lugar recibe, desde hace poco más de un año, a decenas de clientes mexicanos y “gringos” que hacen largas filas para probarla y como “pisar Estados Unidos por un par de horas”.

Sus colosales pedazos de carne de res y de puerco, marinadas con ingredientes de la casa, tienen un proceso de cocción de entre 12 y 14 horas sin tocar el fuego. Con su técnica de “ahumado reversible” cocinan la carne al calor de las bocanadas calientes de madera encendida, mientras las porciones se impregnan de un ahumado sabor y conservan su jugo al crearse una gruesa costra de barbecue.

La preparación es mejor, ya que dentro del “Twinky plateado” (un remolque setentero traído desde McAllen, Texas) cuatro cocineros aplican sus mejores técnicas para elaborar los cuatro platillos estrella y servirlos sobre una hoja de papel.

Puedes escoger el brisket, que con una crujiente cubierta de barbecue y con una suavidad pintada de rosa por dentro, hace que la devores de inmediato. Las costillas de cerdo que envueltas de costras con sazón americano, se deshacen al morder la carne que las rodea, sus salchichas suavecitas con sabor a campamento.

Todos servidos con dos de las cuatro deliciosas guarniciones de la casa: ensalada de col, papa al estilo alemán, frijoles dulces o macarrones con queso. Y aunque sus porciones lucen pequeñas, están medidas para dejar a cualquiera satisfecho.

Pero si lo tuyo es el estómago a reventar, escoge el sándwich de deshebrada, que por 85 pesos se combina con pepinillos, col preparada y se baña con salsa de la casa. Para acompañar puedes pedir una fría limonada o con una cerveza artesanal producida en México, que por 45 pesos, te ofrece una variedad de 12 sabores para elegir.

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