Nuestro momento

OPINIÓN 08/08/2013 05:00 Actualizada 05:00

ESTUDIOS. La opinión pública, como lo han afirmado distintos investigadores, es una herramienta de la democracia que podría determinar el rumbo de los gobiernos, pero nunca establecer el actuar del gobierno. Las encuestas no únicamente miden la preferencia electoral, el grado de aceptación y/o legitimidad de un gobierno. Podemos usarlas como un termómetro para definir políticas públicas o programas de acción. En México, el estudio de la opinión pública tuvo su auge en 1990 y se empezaron a incorporar las primeras encuestas en medios de comunicación como La Jornada o El Norte. La Presidencia de la República formaría una oficina para informarle tanto al Presidente, como a su equipo de asesores aspectos estratégicos.

A finales del mes pasado, GEA-ISA publicó su Segunda Encuesta Nacional de Opinión Ciudadana 2013 dividida en seis apartados: opinión sobre la situación nacional; evaluación del gobierno de Peña Nieto; seguridad pública y combate al crimen organizado; imagen y preferencias de partidos políticos; Pacto por México y agenda de reformas legislativas; y potencial de protestas sociales.

RESULTADOS. Analicemos los últimos apartados de la encuesta. Pese a que el Pacto por México ha tomado relevancia por los consensos construidos, teniendo como resultados iniciativas aprobadas en el Congreso de la Unión, cerca del 70% de los encuestados no ha oído del Pacto. La mitad de los que sí han escuchado perciben que se beneficiarán los partidos políticos y el Presidente de la República.

En marzo de 2013, por primera vez en un periodo de estudio determinado, la aprobación del Congreso de la Unión rebasó por 10 puntos porcentuales a la desaprobación del trabajo legislativo; 48% aprueba el trabajo legislativo frente a un 38% que lo desaprueba. Habrá que subrayar que este repunte quizá se deba a las reformas educativa y telecomunicaciones aprobadas por el Congreso, emanadas desde el Pacto por México.

MOMENTO. Próximamente, el Ejecutivo Federal presentará su propuesta de reforma energética y ésta tendrá que ir de la mano con modificaciones al sistema recaudatorio en nuestro país. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico insiste que la recaudación en México es demasiado baja, porque no podemos seguir dependiendo del petróleo.

Pese al escenario en el que nos encontramos, el 63% de los encuestados responde que el Legislativo no debe aprobar una reforma fiscal que permita que el gobierno obtenga más recursos por impuestos. ¿Por qué? Porque uno de cada tres piensa que se beneficiará a los empresarios.

En el caso de la reforma energética no pintan mejor las cosas. El 69% de los entrevistados está en desacuerdo que se permita legalmente inversión privada en la generación de electricidad en el país. Y en el caso de la industria petrolera aumenta marginalmente cuatro puntos porcentuales. ¿Por qué? De nuevo, porque el 25% piensa que se beneficiará a los empresarios, aunque un considerable 25% piensa que será favorecida la población.

TRASCENDER. La prestigiada revista británica The Economist ha definido este periodo como el Mexico’s moment. El momento de trascender como país. De detonar el verdadero potencial que tenemos. Tomar los retos a los que nos enfrentamos con un modelo de prosperidad económica, política y social. Darle una vuelta de tuerca a la desigualdad, pobreza y marginación.

Trascendamos como país, como nación. Hagamos que las próximas reformas que se discutirán en el Congreso sean el vehículo para mover a México. Hemos llegado al límite del tiempo, que obliga a todos los actores políticos a acelerar los trabajos y reformar a este país. Dejemos de lado caprichos y conflictos personales de los actores políticos. Antepongamos el interés superior, ya que los próximos meses quizá definan el rumbo de toda una generación. Es nuestro momento. Es el momento de México.

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