XV años: Faro de Oriente

OPINIÓN 08/07/2015 05:00 Actualizada 05:00

Pero México es uno de los países latinoamericanos cuyos adolescentes son más pesimistas respecto a su propio futuro. Y esta percepción no es gratuita: nuestro país ocupa los primeros lugares de la OCDE, en jóvenes que no estudian ni trabajan.

En pocas palabras, los adolescentes y jóvenes mexicanos se enfrentan a escasas opciones y poca ayuda por parte del sistema para estudiar, conseguir un trabajo digno; mucho menos para desarrollar sus capacidades y talentos. Esto, por supuesto acarrea que muchos, frente a tal grado de nihilismo, opten por el crimen organizado o una vida de violencia.

VOLVER A CREER. Todo el mundo lo conoce como ‘El Cali'. Él es el actual director de la Red de Faros en la Ciudad de México; ese que comenzó con la creación del Faro de Oriente, en Iztapalapa. En aquel entonces, un grupo de artistas empujó para que el gobierno de la ciudad (había ganado por primera vez el PRD en el DF) construyera un espacio que acercara a los jóvenes marginados la posibilidad de hacer arte.

El cambio e impacto en el barrio fue brutal y positivo: los terrenos baldíos que habían sido escenario de violaciones y homicidios se transformaron, se levantaron sendos edificios en los que, desde entonces, se imparte educación no formal como: fotografía, computación, escultura, pintura, diseño y grabado, teatro, telar de cintura. Hay unos 150 talleres diferentes.

El modelo en los faros es de educación no formal. "Muchos de los chavos han sido rechazados de escuelas
oficiales. Y ahora están ahí (en los cuatro faros), unos 25 mil alumnos.

Ese cambiar el destino "implica todo un trabajo de reconstrucción de sí mismos. Y yo creo que ahí es donde das el cambio de giro. Esa es una de las mayores enseñanzas".

Al final, sin embargo, los faros no pueden dar abasto a todo el abandono del sistema. "Nosotros somos como válvulas de escape, pero no somos la solución, porque ante los miles de rechazados, somos sólo cuatro escuelitas. Necesitarías todo un ejército de faros".

¿Cómo presionar para crear más escuelas formales e informales que permitan a los jóvenes no sólo llegar a creer en un futuro diferente, sino comenzar a construirlo?

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