El enfrentamiento a tiros con saldo de nueve muertos, ocurrido el pasado domingo 31 de enero durante una fiesta de 15 años en el poblado de El Cundancito, municipio de Coyuca de Catalán, fue otro intento fallido del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) de negociar y alcanzar un acuerdo con sus enemigos, ‘Los Caballeros Templarios' y el Cártel de la Sierra, para consolidarse como la organización del narcotráfico con más fuerza en el país.

De acuerdo con fuentes de la inteligencia militar consultadas por este reportero, CJNG emprendió desde hace cuatro años una sangrienta lucha para conquistar el estado de Guerrero, con el que obtendría el control de buena parte de las costas del Pacífico mexicano. Con ese objetivo, ha buscado expulsar de la Costa Grande a ‘Los Caballeros Templarios' y desplazar al Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) de la zona turística, lo que explica la intensificación de la violencia en el estado.

En su campaña por expandirse, el CJNG ha pactado alianzas con ‘La Familia Michoacana', el Cártel de Sinaloa y el grupo de ‘Los Granados', un remanente del Cártel de Los Beltrán Leyva.

Fuentes de la SEIDO, explican por otra parte que para el Cártel de Jalisco es un objetivo estratégico la hegemonía en las costas del Pacífico, porque en ellas están las aduanas que sirven como puerta de entrada a los precursores químicos necesarios para la elaboración de drogas sintéticas o de diseño. La organización criminal ya tiene el control en Colima, Nayarit, Jalisco y una parte de Michoacán. Le falta Guerrero para dominar todo ese corredor marítimo.

En esa violenta lucha de control territorial en la zona de Tierra Caliente, el CJNG se alió con reductos de ‘La Familia Michoacana' para enfrentar a los ‘Guerreros Unidos': Jesús Méndez, ‘El Chuchín', hijo de José de Jesús Méndez Vargas, ‘El Chango Méndez' (fundador de ‘La Familia Michoacana' y compadre de Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho', líder del Cártel de Jalisco), decidieron apoyar a Johnny Hurtado Olascoaga, ‘El Mojarro' o ‘El Señor Pez', para hacerlo el mandamás en Tierra Caliente. Éste último busca consolidarse en comunidades donde recientemente se ha disparado la violencia: Arcelia, San Miguel Totolapan, Apaxtla, Teloloapan y Ciudad Altamirano, en Guerrero; y Tlatlaya, Luvianos, Tejupilco, Valle de Bravo y Amatepec, en el estado de México.

El CJNG y el Cártel de Sinaloa, entre tanto, conservan una vieja alianza de carácter funcional, pues aquellos se especializan en ‘cocinar' drogas de diseño en laboratorios clandestinos, y estos últimos controlan las mejores rutas y contactos hacia Estados Unidos y hacia los principales centros de consumo de nuestro país.

La sociedad de ambas organizaciones criminales ha confluido en Acapulco, donde operan para eliminar al Cártel Independiente, ‘Los Zetas' y reductos del Cártel de los Beltrán Leyva; mientras que el grupo delictivo ‘La Barredora', al servicio del Cártel de Sinaloa, mantiene la pelea contra el Cártel Independiente y la consigna de controlar la venta de drogas en el puerto de Acapulco.

La Costa Grande es la zona de trasiego de drogas más importante de Guerrero y comprende 26 municipios, entre ellos, Chilpancingo, Tixtla, Chilapa, Atoyac de Álvarez, Benito Juárez, Petatlán, José Azueta (Zihuatanejo), Coyuca de Benítez, Tecpan de Galeana, Eduardo Neri, Heliodoro Rastillo, Ahuacuotzingo y Olinalá.

El predominio en esta región lo tiene la Fuerza Guerrerense, una alianza entre el CJNG, con dos grupos locales: ‘Los Granados' y los seguidores de Rogaciano Alba Álvarez, ex alcalde priísta de Petatlán, compadre del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer y ex operador del Cártel de Sinaloa.

‘Los Granados' son un remanente del Cártel de Los Beltrán Leyva, estaban encabezados por Salvador ‘El Chava' y Rubén, ‘El Nene', Granados Vargas, este último fue detenido y el liderazgo de la organización recayó en el primero.

Le informo de estos reacomodos porque explican en mucho el recrudecimiento de la violencia asociada al narcotráfico y un proceso de "balcanización" de sus organizaciones criminales.

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