El <i>Che</i>perdido

OPINIÓN 08/01/2014 05:00 Actualizada 05:00

El movimiento estudiantil de 1968 realizaba ahí sus asambleas. Lo mismo ocurrió con el valiente movimiento de 1971. Ahí, el Consejo Estudiantil Universitario (CEU) tomó sus decisiones en el movimiento contra el aumento de cuotas durante 1986-1987. Para 1995, durante la huelga de los Colegios de Ciencias y Humanidades, esparcidos en todos los puntos cardinales de la ciudad, el lugar de encuentro era el Che Guevara.

No sólo asambleas. Esa mole cuadrada y de butacas duras fue sede de conciertos, exhibiciones de cine, teatro, conferencias...

Durante 30 años, ninguno de los colectivos y grupos que pasaron por ahí "tomó" el Che Guevara en su totalidad. Este siempre estuvo bajo la administración de la Facultad. En cambio los estudiantes sí "tomaron" algunos anexos.

En el 87, el CEU estableció sus operaciones en lo que antes era una videoteca y lo bautizó como El Marilyn, en homenaje a la actriz estadunidense. En efecto -dicen- era un cubículo muy bello: dos pisos, duela de madera. Este después sería tomado por otros estudiantes que lo rebautizaron como "José Revueltas" hasta que esos jóvenes dejaron de serlo.

La vuelta de tuerca ocurrió justo después de la huelga de 1999-2000. Posterior a la entrada de la policía, en marzo de 2000, un grupo de jóvenes "tomó " todo el edificio: auditorio, anexos, escondrijos. Por ese tiempo hubo asambleas estudiantiles para tratar de retomar el auditorio. No fue posible.

Pasaron los años. En 2009, se generaron rumores sobre el inminente uso de la fuerza para expulsar a los ocupantes, pero varios colectivos estudiantiles decidieron retomar el espacio primero. Hicieron algunos proyectos y aseguran que el espacio se mantuvo abierto. Otros dicen que no. En este diciembre, de vacaciones, los grupos más radicales volvieron a tomar el espacio.

El Che parece perdido para las generaciones actuales de estudiantes y activistas de la UNAM y para la comunidad en general.

Glosario de supervivencia

El Che: Espacio histórico y mítico, de triste presente.

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