Bebidas adulteradas

OPINIÓN 08/01/2014 05:00 Actualizada 05:00

Un reportaje reciente sobre la proliferación y venta de bebidas alcohólicas adulteradas documentó la ceguera provocada a un jovencito de 17 años por la que le sirvieron y tomó en un antro de la ciudad de México. Para él y su familia fue una desgracia resultante de la violación de dos prohibiciones establecidas en la ley: la de vender bebidas embriagantes a menores de 18 años y la de adulterar productos para el consumo humano. Para la sociedad en general es un grave riesgo para la salud.

La gravedad del problema la dimensiona este dato de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), que dirige Mikel Arreola: el aseguramiento de bebidas alcohólicas adulteradas creció 333% en tres años al pasar de 87 mil 175 litros en 2010 a 373 mil 880 litros en 2013.

Que se haya triplicado en un trienio el decomiso de bebidas alcohólicas adulteradas es consecuencia, ciertamente, de una mayor vigilancia sanitaria y, tan es así, que las revisiones a negocios que producen y venden bebidas alcohólicas crecieron en ese lapso 721% y las sanciones 733%. Pero indudablemente es consecuencia también del alarmante aumento de la producción y distribución de las que son adulteradas por la delincuencia organizada.

La adulteración se realiza con alcohol etílico y metanol, que se usan como materiales de curación por sus características antisépticas y germicidas, pero que su toxicidad y poder adictivo las convierten en un riesgo sanitario. Su consumo como parte de una bebida adulterada puede provocar desde dolor de cabeza, vómito e irritación de membranas mucosas hasta daños al sistema nervioso central, al hígado y a los riñones, así como ceguera.

Para detener la proliferación y venta de bebidas alcohólicas adulteradas, la Cofepris ha tomado medidas para controlar la venta de alcohol etílico y metanol que entraron en vigor desde ayer:

1. Todo el que se produce, comercializa e importa a México deberá ser registrado y rastreado desde su elaboración, con el fin de evitar desvíos a canales informales donde se mezcla con bebidas alcohólicas.

2. Queda prohibida la venta a granel al consumidor final de cualquier tipo de alcohol etílico, sea éste desnaturalizado o sin desnaturalizar, y del metanol. Solamente podrán venderse, suministrarse, distribuirse, comercializarse o expenderse preenvasados.

3. La venta al consumidor final de alcohol etílico desnaturalizado en farmacias, boticas o droguerías sólo se permitirá en presentaciones mayores a un litro y no mayores a 20 litros.

4. Queda prohibida la adición de metanol como materia prima de las bebidas alcohólicas.

5. Se otorga un plazo de 30 días hábiles para que los sujetos obligados por estas disposiciones instrumenten el registro de producción y venta, que deberán llevar a cabo de manera puntual y exhibir a las autoridades sanitarias en las visitas de verificación.

Habrá que ver ahora si estas nuevas disposiciones que atajan este grave riesgo sanitario no dan lugar a procedimientos corruptos tendientes a burlar las trabas a un ilícito que deja a la delincuencia ganancias millonarias a costa de la salud.

Instantánea

1. BÚNKER. Como tal se ha visto esta semana el hospital Médica Sur de la ciudad de México. Está repleto de policías federales. Ocurre que ahí es atendido José Manuel Mireles Valverde, coordinador de las llamadas autodefensas de Michoacán. Fue ingresado el domingo pasado con traumatismo craneoencefálico después de sufrir un accidente aéreo en la avioneta que lo trasladaba de Guadalajara a Tepalcatepec, Michoacán. Ayer se supo que fue el propio Mireles el que solicitó protección federal, según confirmó el comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb. ¿Qué habrá detrás de esto?

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