Damnificada navidad

Lydiette Carrión

OPINIÓN 07/12/2017 10:51 Lydiette Carrión Actualizada 10:51

Si uno se detiene a pensar, pareciera que el sismo del 19 de septiembre fue hace mucho. La ayuda que la mayoría de los ciudadanos dio en aquel momento fue espectacular: acarreando cascajo, donando comida, atendiendo albergues o centro de acopio.

Pasó un mes, o tal vez incluso un mes y medio, todos nos dimos palmadas en la espalda y nos felicitamos por nuestra solidaridad como mexicanos. Luego, regresamos al trabajo diario, a las oblicaciones diarias.

Luego, por si no fuera suficiente, este país tiene muchisimos problemas: narcotráfico, una guerra no declarada, crisis económica y una clase política para llorar. Entonces nos sumergimos en los problemas de todos los días. 

Y el sismo pasó a ser historia vieja. Hace tres meses ya. Pero los daminificados siguen ahí. Los niños huérfanos, que perdieron a sus padres, siguen ahí. Las familias que perdieron sus casas o se vieron muy afectadas, siguen ahí. 

Federico Contreras es un estudiante, vecino de Xochimilco que, desde el pasado sismo del 19 de septiembre se sumó a la ayuda en la zona cero de Xochimilco: san Gregorio. 

Él narra los problemas a los que se enfrentan en esta época pre navideña: “Tenemos lo de las demoliciones, que no nos deja mucho tiempo para ocuparnos en los otros proyectos de gestión. Los vecinos están inciertos de si se va a reconstruir su casa o solo van a demoler… [las autoridades] habían prometido muchas demoliciones”. 

A eso se suma que la ayuda, las donaciones de despensa, ya no está llegando. Hay pocos centros de acopio que reciben donaciones todavía. Y en parte han cerrado porque la gente ya ha olvidado que aún se necesita ayuda. 

“Sabíamos que iba a pasar eso”, explica Federico. Por eso se concentraron en levantar o promover proyectos productivos; en este caso, la producción de la temporada es flor de nochebuena. Pero, tampoco ha podido resolver mucho, ya que las vías de comunicación hacia la zona cero de Xochimilco siguen muy afectadas. 

Por ejemplo, alguien que quiera ir a la zona cero hará entre dos y tres horas. ¿Quién va a querer llevar una despensa hasta allá? ¿O a comprar nochebuenas? Así es como esta Navidad se ve difícil, complicada, para los daminificados de septiembre. 

Pero quizá no todo está perdido. Sólo se trata de que esta Navidad nos recargue las pilas; nos llene de amor y solidaridad hacia quienes de verdad lo necesitan. 

GLOSARIO DE SUPERVIVENCIA Navidad: amor, solidaridad, buena voluntad. 

 

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