Como todas las maniobras cobardes, ocurrió de madrugada. El desalojo del plantón contra el proyecto inmobiliario en el predio sobre avenida Aztecas, número 115, Coyoacán, se efectuó a las 3 de la mañana del lunes.

El plantón tenía siete meses instalado. Pero la historia comenzó antes, en 2015, cuando la empresa ‘Quiero Casa’ proyectó unos departamentos de lujo en medio de colonias populares. Ya les habían advertido de los posibles pozos, pero fue después de talar al menos un centenar de árboles y durante las excavaciones, que rompieron un venero y el agua brotó.

Entonces, en vez de parar, la constructora tiró miles, ¿millones? de litros al drenaje. Los vecinos se indignaron; con mayor razón en tanto que el agua en la zona es escasa. Pero el gobierno de la ciudad defendió la acción de la empresa. La secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, dijo que el agua era de “mala calidad”, por eso la tiraban. Los inconformes solicitaron los permisos de la empresa para perforar. Jamás se les fueron presentados. Entonces exigieron un estudio ambiental independiente ante la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) de la CDMX, así que la UNAM realizó uno que se dio a conocer en septiembre pasado: Resultó que el agua era susceptible de ser potabilizada, y, es más, de hecho, ya lo estaba siendo desde hace años: ese manto freático alimenta en parte las plantas de Xotepingo y Loreto-Peña Pobre, mediante el Sistema de Aguas de la Ciudad, y luego de un tratamiento se incorpora a la red de agua potable. El plantón se convirtió en un espacio de reflexión, y solidaridad, no sólo respecto al manantial, sino hacia afuera. Extendieron lazos de solidaridad, por ejemplo, con los papás de la normal de Ayotzinapa. En Día de Muertos, vendieron las flores de cempasúchil y de terciopelo que los estudiantes habían cultivado. Esa es la base de hacer comunidad: participar, incidir en problemáticas.

El 25 de noviembre pasado, la PAOT y el Sistema de Agua de la Ciudad de México (Sacmex) aprobaron a la Inmobiliaria ‘Quiero Casa’ el "Proyecto Cantera", como "remediación" al daño ocasionado y así continuar la construcción: La empresa construiría un cinturón para proteger el manto freático, así como una planta potabilizadora, y “regalaría” agua a los pobladores durante dos años.

En el plantón hubo repudio. Cómo es posible que se premie a una empresa que violó la ley de esta forma, cuestionaron. Los vecinos quieren que este espacio se convierta en un parque, que se respete el lago que ya emergió, y al que incluso ya habían regresado algunos patos.