RComo un concierto de violines al tiempo que se hunde el barco, así se vio desde fuera el congreso nacional del PRD para ungir a Carlos Navarrete como su presidente nacional. Al tiempo que recién habían sido encontrados los cuerpos de los normalistas secuestrados por policías en Iguala, Guerrero. De las pocas voces congruentes perredistas fue la de Pablo Gómez, veterano del movimiento estudiantil de 1968, que responsabilizó directamente a Ángel Aguirre por la masacre. Los demás perredistas estaban en otra cosa, peleando por el hueso, tomando la tribuna.

René Bejarano denunció de manera pública que hace un año la PGR no quiso atraer el caso del asesinato del activista Arturo Hernández, junto con otros miembros de la organización Unión de Pueblos.

Según testimonios de sobrevivientes, Hernández murió a manos del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, en 2013. "Me voy a dar el gusto de matarte", dijo quien hoy se encuentra prófugo de la justicia y también integrante de la corriente Nueva Izquierda. Tampoco tomó cartas en el asunto la secretaría de Gobernación, según Bejarano.

Hace un año, los diputados perredistas en el Congreso de Guerrero impidieron desaforar al ex alcalde de Iguala para poder ejercer acción penal en su contra, los legisladores también pertenecen a la corriende de Los Chuchos. La muerte de los normalistas pudo haberse evitado con un mea culpa del PRD. Pero una de las últimas acciones de Jesús Zambrano como presidente del PRD fue respaldar a Aguirre y recurrió a la teoría del compló, al acusar que el PRI buscaba tumbarlo para sacar "raja política".

Y no es muy diferente la actitud del nuevo dirigente perredista, quien dijo que Ángel Aguirre renunciará si hacen lo mismo los gobernadores del Estado de México, Eruviel Álvila, en referencia al caso de Tlatlaya y Egidio Torre, por la situación de seguridad en Tamaulipas. El mensaje que mandó Carlos Navarrete fue: el PRD es peor a los otros partidos políticos, pero más cínico.

En mayo de 2013, cuando desaparecieron cinco activistas de Unión Popular, el gobernador instruyó que se reforzara su búsqueda; en 2014 hizo lo mismo con respecto a los normalistas secuestrados con la variante de que ofreció una recompensa. El año pasado mataron a tres activistas y encontraron vivos a dos porque se escaparon. Este año ya encontraron a 28.¿Le suena familiar el cuento?

"Si mi renuncia ayuda a resolver el crimen no tengo ningún inconveniente", dijo el gobernador en desfunciones de Guerrero, Ángel Aguirre, en entrevista radial con Joaquín López Dóriga respecto al hallazgo de los cuerpos de los normalistas de Ayotzinapa, enterrados en fosas clandestinas en el paraje de Las Parotas Cerro Viejo, Guerrero. Para luego es tarde, don góber.

Periscopio

Respecto a la masacre en Iguala, la agencia de inteligencia estratégica Riskop lanza las siguientes conjeturas: Los normalistas de Ayotzinapa cansaron a sectores caciquiles de la zona con sus acciones, provocando reacción en cadena de delincuencia organizada; su asesinato es un mensaje de la delincuencia organizada contra grupos guerrilleros que operan en la zona y; es parte de un proceso desestabilizador semi-estructurado de cara a elecciones 2015.

En el radar

Como respuesta a la negativa de la mayoría perredista en la ALDF de llamar a comparecer al oficial mayor del GDF, Édgar González, con motivo de cochupos diversos, una cuenta llamada AnonymousOMGDF publicó un tercer video donde da a conocer otra llamada telefónica entre González y un proveedor al que llama amigo. Los detalles puede usted verlos en la siguiente liga: http://goo.gl/hWPHjD

Bitácora de lo absurdo

En marzo de 2013, José Luis Abarca dijo no tener información alguna respecto al secuestro y posterior asesinato de Justino Carbajal Salgado, sobrino del ex alcalde de Acapulco, Félix Salgado Macedonio, quien también era síndico del municipio de Iguala. Abarca dijo entonces que se trataban de "secuestritos".

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