Flamita vuela a la México

Gabriel Cruz

OPINIÓN 07/06/2016 11:20 Gabriel Cruz Actualizada 11:20

Un muchacho respetuoso que no se rendía en el intento de llegar a pisar alguna vez el cuadrilátero de la arena México como luchador profesional.

Entrenaba muy cerca de él, lo veía a la distancia con ganas de aventarse desde las alturas para conquistarlo. No era su tiempo, el destino lo alejó semana a semana de él y terminó muy lejos.

Japón atestiguó su crecimiento y compromiso como esteta, al ser parte de Dragon Gate. El enmascarado volvió entonces a México con otro estatus, pese a su juventud ya con aires de estrella pero sin perder el piso, igual de centrado que en lo días que era aleccionado por el Arkangel.

Empezó a aparecer en las carteleras independientes con mayor fuerza, las promotoras lo eligieron como el estandarte con el que enfrentaron a los ídolos coliseínos y lo hizo a la altura. 

Pero la arena que siempre había querido pisar se le negaba, permanecía cerrada a su talento.

A cambio, se abrió otra de igual tamaño pero con diferente manera de trabajar. Triple A lo integró paulatinamente a su elenco, primero como Fireball, después para portar un equipo emblemático para la marca: El de Octagón.

Y entonces, todo se fue por borda. El perfil bajo con el que siempre se manejó fue abrumado por la pelea mediática que el original artemarcialista emprendió contra la empresa y contra el joven luchador.

El hilo se rompió por lo más delgado. Oficialmente él tomó la decisión de abandonar a la caravana luchística para volver a sus orígenes para recuperar el terreno perdido.

No pasó mucho tiempo para que Lucha Élite lo atrajera a sus funciones, reto que inicia este jueves en la arena México. Por fin, el coso de la colonia Doctores lo verá en acción.

Flamita tiene un talento especial que no podía seguir pasando por alto en la catedral del pancracio. Su carisma es destacable y tiene esa aureola que pocos personajes logran, vuela para ser ídolo, tiene con qué respaldar esa etiqueta y tal vez pronto sea parte del CMLL, una aventura que merece vivir con gran posibilidad de triunfo. 

¡Buenas luchas!

 

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