Un giro inesperado

Rodolfo Rosales

OPINIÓN 07/02/2017 09:52 Rodolfo Rosales Actualizada 09:52

“Gilberto” tuvo un drástico cambio de suerte, luego de que una señora que subió a su taxi le leyó la mano y le hizo una “limpia” para neutralizar las envidias de los demás

 Gilberto —así nos pidió que lo llamáramos— nos llamó para contarnos la manera en que su suerte cambió para bien, gracias a que una anciana le leyó la mano y luego le realizó una limpia para curarlo de las envidias. 

“Mire, fue el martes 13 de diciembre pasado cuando una viejita me hizo la parada afuera del mercado de Sonora.

“Me pidió que la llevara a la colonia Ejército de Oriente, en Iztapalapa. La verdad no me gusta ir mucho para ese rumbo por los constantes asaltos, pero la señora me inspiró ternura y accedí.

“Ya en el camino, me comentó que ella llegó a la Ciudad de México hace 25 años, que nació en Perote, Veracruz, y que se dedicaba a hacer limpias, ‘brujería blanca, sabe, no la negra, sino que me gusta ayudar a la gente’. De momento no le hice caso, porque nunca había creído en eso, pero conforme íbamos avanzando, me dijo algo que me dejó helado.

“Ella era de ojos pequeños y negros y al observarla por el retrovisor vi que iba como rezando y no pude evitar preguntarle qué hacía ‘es que en este carro existen malas vibras, siento como una energía negativa y creo que por esa razón es que a usted no le va bien’, me dijo.

“¿Cómo es que se da cuenta de eso?, le dije y me comentó: ‘Siento que en este coche hubo un accidente y se llenó de energía negativa’. Entonces me hizo pensar y recordar que el taxi lo traía otra persona, a quien asaltaron y la hirieron de bala, pero no murió. Así que le conté esa situación y ella se quedó como ida.

“Luego, agregó que ‘aquí estuvo la muerte y como no se pudo llevar a nadie dejó sus malas vibras y por eso a usted no le va bien ni en la salud, ni en el dinero’ y le dio al clavo, porque días antes había estado internado por dolores de riñón, la verdad que con trabajos sacaba lo de la cuenta.

“La señora me dijo que me estacionara y leyó mi mano, me dijo que todo iba a ir bien, que voy a vivir mucho tiempo, pero que debía rezarle al taxi para eliminar las malas vibras de la muerte.

“Durante cinco minutos estuvo rezando y lanzando palabrotas, al final me dijo: ‘Listo, ya está, a partir de hoy todo será diferente para usted’, yo estaba un tanto incrédulo, pero las cosas que me comentó nadie las sabía.

“Al llegar a su domicilio le dije que la dejada iba por cuenta de la casa, por lo que había hecho por mí. ‘Aunque no lo crea, a partir de hoy su suerte va a cambiar para bien’, me aseguró.

“Y no me lo va a creer, pero desdes ese martes 13 todo ha sido diferente. De entrada, el riñón me ha dejado de dar lata, ya no siento ninguna molestia y eso me deja trabajar mejor.

“No sé si por las fechas, pero ahora la cuenta la junto sin problemas y me queda dinero para comer mejor.

“Le cuento esto porque para mí es muy raro, pero esa señora se convirtió en un ángel y aunque he pasado al mercado de Sonora para darle las gracias, no le ha podido encontrar y lo que es más raro aún, nadie la conoce en el lugar”.

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