Morir en la calle

OPINIÓN 07/01/2015 05:00 Actualizada 05:00

Una mujer ha muerto por la negativa de atención en un hospital de beneficencia privada, localizado en la colonia Guerrero, en la Ciudad de México, que operaba con anomalías en el servicio que desembocaron en la negligencia fatal.

La víctima se llamó Guadalupe Ramírez Vizcaína y por sus padecimientos avanzados requería de tratamiento de hemodiálisis, y al llegar al hospital materno Infantil Dolores Sanz, de hecho tocó la última escala de la causa inicial de su muerte a los 32 años de edad: la pobreza.

Fue traslada desde Chalco. Usaba silla de ruedas, afectada de sus capacidades por diabetes e hipertiroidismo. Agonizaba en el trayecto en taxi y murió dentro del hospital, mientras se le negaba la atención médica, aun cuando se habían pagado los 900 pesos que se fijaron para practicarle la hemodiálisis.

Tragedia muy mexicana. Ya se ha visto la indolencia de autoridades hospitalarias que rechazan enfermos o mujeres embarazadas y que pierden la vida en el portazo recibido. Y sin embargo, la historia de la muerte dolorosa de Guadalupe Ramírez Vizcaína tiene advertencias para todo el sistema de salud y para la sociedad entera.

El hospital altruista Dolores Sanz, fundado en 1937, seis años antes que el Seguro Social, ayer fue clausurado por la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que encontró 18 irregularidades. Un coctel fatal. ¿Ya tenemos instituciones de beneficencia pobres que morirán en la calle, como sus pacientes?...

VITRAL SOCIAL. - Urgencias de la Cruz Roja Mexicana del Distrito Federal, 065

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