Delincuentes de cuello amarillo en Tlalpan

OPINIÓN 06/10/2015 05:00 Actualizada 05:00

A las administraciones perredistas salientes en cinco delegaciones del Distrito Federal poco les faltó para entregar en llamas el patrimonio público. Claudia Sheimbaun recibió las oficinas delegacionales en Tlalpan del perredista Héctor Hugo Hernández sin teléfonos, computadoras ni escritorios.

Las mafias perredistas tlalpenses no tuvieron empacho en lucrar políticamente con el reparto de agua en los barrios pobres de las zonas alta y media del cerro del Ajusco. Los habitantes de asentamientos irregulares tuvieron la eterna promesa de la regularización de la propiedad como una zanahoria que motiva a un burro. Los más pobres de Tlalpan fueron el granero amarillo de votos durante 18 años.

El PRD en el DF cayó en el vicio de repartir plazas laborales de base a colaboradores incondicionales y cercanos. Las plazas para las cuotas corrieron como tamales el Día de La Candelaria sin contar con la experiencia requerida en administración pública. Tal es el caso del delegado saliente Héctor Hugo Hernández que en 2009 recibió una de las 140 plazas de base por orden del entonces delegado Guillermo Sánchez a cambio del voto y el apoyo en la interna perredista de ese año. La arbitrariedad fue denunciada entonces por Eliseo Xolalpa, del SUTGDF. Cinco años después, en junio de este año, Héctor Hugo Hernández acusó un faltante de más de 9 millones de pesos en las cuentas que entregó Maricela Contreras Julián. De nada de lo anterior existe una denuncia ante la PGJDF.

Los cargos de elección popular son irrenunciables, la figura de la licencia es una ‘chicanada' legal que permite a la clase política brincar de un cargo a otro para mantener el fuero y ostentar dos cargos al mismo tiempo. Por ello, sorprende que la ex delegada en Tlalpan y el ex delegado en Miguel Hidalgo se deslinden de los actos cometidos por sus relevos durante el interinato.

Los delegados de Morena que denunciaron irregularidades en el proceso de entrega y recepción de la administración pública están en tiempo para presentar las demandas legales por los daños al patrimonio donde se verá qué tanto ‘les tiembla la mano' a la hora de enfrentar la corrupción. Hasta el momento, las quejas se han quedado en tremendas muestras de indignación por parte de Martí Batres y Ricardo Monreal, principalmente. Mientras que los perredistas señalados argumentan que ellos nunca gastaron en computadoras o en teléfonos, sólo les faltó decir que la política no es negocio, que el altruismo y el amor al pueblo es la única razón que los mantiene aferrados al ‘hueso'.

Periscopio. Xóchitl Gálvez, nueva jefa delegacional en Miguel Hidalgo, se apoyará de Arne en la gestión operativa de la demarcación de los servicios públicos y urbanos. Bajo la figura de ‘city manager' en la persona de Arne aus den Ruthen, quien ya fue jefe delegacional entre el año 2000 y 2003 cuando militaba en el PAN y pasó la mayor parte de su gestión metido en el overol atendiendo personalmente a la ciudadanía, desde la poda de árboles hasta la supervisión del funcionamiento del alambrado público.

En el radar. A veces, Jaime Rodríguez Calderón, gobernador entrante del estado de Nuevo León, es devorado por su propio personaje de ‘El Bronco'. En su discurso del pasado fin de semana en la Arena de Nuevo León prohibió a los integrantes de su gobierno, no importando el nivel en jerarquía, militar en partido polítco alguno. No hay legislación que limite los derechos políticos de los funcionarios de gobierno al nivel de la ocurrencia del ex priísta.

Bitácora de lo absurdo. El cinismo del ex jefe delegacional en Tlalpan, Héctor Hugo Hernández, al ofrecer prestarle una laptop a Claudia Sheimbaun. El líder del PRD en la capital, Raúl Flores, quiso salir al paso del asunto del saqueo en las delegaciones argumentando que se trata de un ‘show' mediático. El ‘show' lo montó Ricardo Monreal que tomó fotografías de una oficina vacía que no era la suya y la mostró como propia, según Flores.

@LeoAgusto

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