Extorsión política en San Lázaro

LEO AGUSTO

OPINIÓN 06/09/2017 13:33 LEO AGUSTO Actualizada 13:33

No alcanzó el acuerdo logrado entre el PRI y Morena para convocar a la Junta de Coordinación Política y pasar al pleno de la Cámara de Diputados la votación de la planilla donde Jorge Carlos Marín tomaría la estafeta en la presidencia de la Mesa Directiva, cuya fecha límite legal fue a la medianoche de ayer. Ante el humo blanco en la sala de negociación, llovieron burlas al ver que los legítimos negociaban con la mismísima “mafia del poder”. 

Pastelazo. Tampoco alcanzaron los votos en el pleno, faltaron 55. Morena votó en contra, pero dio un “cerrón” en esta carrera por la presidencia al triunvirato por conveniencia entre PAN, PRD y MC. Ricardo Anaya recibió una modesta lección en el tema de construcción de mayorías parlamentarias. Modesta, en comparación con la cátedra que le propinaron la semana pasada en el pleno del Senado con la designación legal, muy a su pesar, de su compañero de partido, Ernesto Cordero, como presidente durante el último año de la Legislatura.

La negociación entre el PRI y Morena, específicamente con López Obrador, no es nueva. ‘El Peje’ sabe dialogar cuando quiere. Así lo hizo durante la primera mitad de su mandato con la ALDF y el techo presupuestal de endeudamiento (aprobado entonces por la Cámara de Diputados). En ambas cámaras, el PRD no tenía la mayoría y ‘El Peje’ sacó adelante lo suyo: segundos pisos, pensiones para adultos mayores, becas y otros programas sociales que se convirtieron en las bases de su campaña presidencial en 2006. Andrés Manuel negoció lo mismo con el PAN, que con el PRI. Donde se complicaban las cosas fue en el PRD, vaya paradoja. 

Ante el rompimiento, al parecer irreconciliable, entre las bancadas del PRI y la dirigencia encabezada por Ricardo Anaya, los tricolores han comenzado a tender puentes parlamentarios con Morena, principalmente, aquellos que vieron pasar el ascenso y la caída de su partido sin haber participado de la fiesta. 

En este último año legislativo, Morena podría convertirse en el partido “bisagra” en ambas Cámaras. Se vive ya una polarización política que es propia de la sucesión presidencial y, por ello, el sentido de las votaciones comienza a compactarse. La discusión por la designación del primer Fiscal General de la República es muestra de ello, aunque al interior del PAN se comenta que la verdadera discordia fue por la alianza electoral con el ‘cascarón’ del PRD y el creciente Movimiento Ciudadano. 

Según algunos alquimistas electorales, el PAN no se quedaría con la candidatura presidencial donde Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya tienen puestas sus aspiraciones. Tampoco sería Miguel Ángel Mancera, que está cerrando su administración como la comenzó: pésimo. Y del PRD mejor ni hablar, se han quedado sin liderazgos presentables. El candidato que apoyarían los tres partidos y la mayoría de sus bases sería José Antonio Meade, mientras que el PRD podría designar la candidatura de Víctor Hugo Lobo en la Ciudad de México, al tiempo que Movimiento Ciudadano se quedaría con la candidatura a la gubernatura de Jalisco para Enrique Alfaro. Esa es, al parecer, la jugada maestra de esta alianza que preocupó tanto al PRI y sus aliados, porque las sumas en las encuestas sí superan los porcentajes del mismo PRI y de López Obrador. 

Lo que sucede en la Cámara de Diputados con el PAN, recurriendo a prácticas que antes sólo se había visto en sus nuevos aliados del PRD, nos demuestra que la llamada “presión política” es una extorsión, un juego de “fuercitas” muy por debajo del nivel que espera la sociedad de sus representantes. 

Para permitir los trabajos de la Cámara de Diputados, el PAN quiere la certeza de que el procurador Raúl Cervantes no sea ratificado en el Senado como Fiscal de la República. Nada tiene que ver la soberanía de una Cámara con la otra, dicen con dejo de descaro. Mal, el chantaje de Ricardo Anaya, pero también el amago de imposición de Cervantes. Peor, que el PRI no elaboró un plan B cuando se cayó el esquema de fiscal a modo en Veracruz y Quintana Roo. La novela reanuda el jueves en el Canal del Congreso.

Twitter: @LeoAgusto

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