Que no teciegue la ira

OPINIÓN 06/08/2013 05:00 Actualizada 05:00

El enojo es una emoción saludable. Nos sirve para defendernos y nos da el impulso necesario para actuar. Es dañina cuando reaccionamos de manera desproporcionada ante un evento. Hay quienes, a causa del mal manejo de la ira, insultan, incurren en la violencia física, dañan la propiedad ajena, manejan peligrosamente, pierden el trabajo y hasta tienen problemas legales.

La ira desbocada daña las relaciones y la reputación de quien se deja llevar por ésta.

Cuando es crónico, el enojo consume mucha energía física y mental. Es la irritación una de las causas de varios problemas de salud: dolores de cabeza, insomnio, trastornos digestivos, afecciones cardiacas, hipertensión y el debilitamiento del sistema inmunológico.

¿Quién necesita aprender a manejar su ira?

Las personas que se sienten constantemente frustradas. Las que lanzan amenazas contra otras al manejar. Las que pierden el control ante cosas sin importancia. Las que constantemente tienen que disculparse por su mal humor y por sus reacciones agresivas.

¿Qué es el manejo de la ira?

Es el proceso de aprender a reconocer los primeros signos de enojo que podrían escalar hasta convertirse en furia. Este aprendizaje involucra tomar medidas para calmarse, para enfrentar la situación con más calma y para expresar las necesidades y los deseos de manera respetuosa. Manejar la cólera no significa reprimirla o negarla. Se trata más bien de saber cómo responder a ella.

La habilidad para lidiar con la frustración y expresar el enojo asertivamente se puede desarrollar por medio de la lectura de libros y blogs de autoayuda relacionados con el tema.

Sin embargo, si esto no resulta suficiente, es necesario integrarse a un grupo de apoyo, tomar una terapia psicológica o un curso sobre el control de emociones.

¿Cuál es el propósito del tratamiento?

Identificar las situaciones que disparan el enojo: el tráfico que no avanza, los trastes sucios en la cocina, ser acusado injustamente. Desarrollar las habilidades para lidiar con estas situaciones y responder sin agresión. Reconocer los pensamientos irracionales que surgen ante una situación frustrante. Producir ideas más racionales para evitar que el enojo sea incontrolable. Calmarse al inicio de la situación enervante. Reconocer los signos físicos del enojo: apretar la quijada, tensar los hombros, contraer el estómago.

Mediante un tratamiento contra la ira, se pueden evitar comportamientos adictivos (comida, drogas, alcohol) a los que la gente recurre para calmar su enojo. Es de utilidad conocer el patrón de ira de la familia de origen, pues se tiende a imitar la forma de expresar la ira, con gritos, rompiendo cosas o insultando, por ejemplo. En ocasiones la rabia enmascara otros sentimientos, como vergüenza, dolor, inseguridad, vulnerabilidad. Estas razones ocultas hacen que tengamos reacciones desproporcionadas.

Si el enojo te ciega, hay mucho que puedes hacer para evitarlo. Busca alguna de las alternativas de tratamiento: la psicoterapia, un grupo de apoyo o un curso para aprender a manejar la ira. Recuerda que no puedes controlar muchas de las cosas que suceden, pero sí la forma en que respondes a ellas. Con práctica y esfuerzo, puedes aprender a expresar tus necesidades y frustraciones de manera asertiva y puedes tener una vida más saludable y satisfactoria.

CITA:
"La ira es como el fuego; no se puede apagar sino al primer chispazo. Después es tarde" Giovanni Papini. Escritor italiano

DATO INTERESANTE:
Rara vez nos enojamos por las razones que creemos. Nos enojamos cuando no obtenemos lo que necesitábamos de niños. (helpguide.org)

RECOMENDACIONES
Ponle ojo a tu enojo: cómo manejar el enojo sin enojarse
Autor: Héctor Salama Penhos
Editorial: Alfaomega
Sinopsis: El autor explica cómo el enojo puede controlarse y canalizarse con prudencia, sabiduría, voluntad y humor.

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