Transformando un país

OPINIÓN 05/09/2013 05:00 Actualizada 05:00

CONSTRUYENDO. Hemos adoptado reformas en momentos extraordinarios. Los cambios que nos han dado rumbo como país necesitaron de todos nosotros. La estabilidad macroeconómica en la que vivimos se debe, en gran medida, por el fortalecimiento que se le dio al Banco de México a mediados de los 90. Los cambios al sistema político mexicano, impulsados en un inicio por Jesús Reyes-Heroles, han traído enormes beneficios para la República, por ejemplo la representación de diversos partidos en el Congreso de la Unión. O contar con una Comisión Nacional de los Derechos Humanos que se encargue de proteger los derechos fundamentales, o un Instituto Federal Electoral autónomo garante de las elecciones, fueron cambios profundos, en diferentes momentos, para edificar un país sólido.

Sin embargo, durante 12 años un conjunto de reformas estructurales no estuvieron en la agenda ni en el ánimo de los gobiernos. Faltaba convicción y visión para poner sobre intereses particulares, el interés de México. Insisto, faltaba ímpetu para juntar las condiciones necesarias y pudiéramos disminuir rezagos que nos aquejan: pobreza, desigualdad, calidad educativa, falta de acceso a tecnologías, por mencionar algunas. En nueve meses una nueva administración, encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto, privilegió el diálogo para emprender los cambios de fondo.

TRANSFORMANDO. Durante el I Informe de gobierno, el presidente Peña Nieto señaló que se replantearon los programas sociales, el Estado retomaría la rectoría en materia educativa, se emprendió una serie de reformas para que el país crezca con fuerza y reposicionarnos como la gran nación que somos. Ese camino que ha adoptado el gobierno, el de transformar el status quo, en palabras del Presidente, “es un camino exigente, arduo, que nos demandará grandes esfuerzos, pero, también, es el único que nos llevará al México que queremos construir”.

De la mano del Congreso, y con ayuda de los partidos que han logrado privilegiar el diálogo, se ha propuesto en la agenda una serie de reformas en donde hay más coincidencias que diferencias. La reforma educativa y la de telecomunicaciones y competencia económica fueron las primeras presentadas, estudiadas, discutidas y aprobadas por el Legislativo. La financiera, que está siendo analizada en la Cámara de Diputados, y la energética, que se encuentra en comisiones unidas del Senado, son las otras dos que forman parte del paquete de iniciativas que buscan transformar a México.

Buena parte de las energías emprendidas del gobierno estuvieron enfocadas a las reformas que transformarían a nuestro país, pero otra parte, no menos importante, puso en marcha los cinco ejes del gobierno de la República. Me gustaría resaltar cinco políticas que implementó el gobierno federal. La primera es el Programa nacional para la prevención de la violencia y la delincuencia, en donde se invertirá en fortalecer la cohesión social. Esta es la gran diferencia en abordar el tema de la política de seguridad y de justicia de este gobierno, poner al ciudadano en el centro de los esfuerzos. La segunda política fue la Cruzada contra el hambre para abatir la condición de extrema pobreza y carencia alimentaria que viven cerca de 7 millones de mexicanos. La tercera que quisiera destacar es el fortalecimiento del programa Oportunidades para ofrecer becas, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pueblos y comunidades indígenas. Una cuarta política implementada fue el apoyo a las jefas de familia. Se creó un seguro de vida para proteger a sus hijos y proveer a este tipo de familia de cobertura social. La quinta fue una nueva política en materia de vivienda para evitar que se sigan construyendo viviendas alejadas de los lugares de trabajo y con espacio reducido.

LOS 120 DÍAS. “La gran transformación de México sí es posible, y debo decirlo con todas sus letras: está en marcha”. El presidente Peña Nieto dejó claro el rumbo que tomará esta etapa de su gobierno. Alcanzar las reformas importantes y hacerlas posibles con el fin de que tengamos un país próspero, justo y sustentable. Se está construyendo una opción para que todos nosotros, jóvenes, mujeres y hombres actuemos como sujetos libres para forjar nuestro propio futuro. Estos 120 días que señaló el Presidente está destinado a ser recordado como el momento en donde trascendimos como país.

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