La música incita al sexo

OPINIÓN 05/07/2013 05:00 Actualizada 05:00

No hay persona en el mundo que, escuchando una canción, no haya recordado un amor, deseado a una persona, imaginado el amor perfecto o se la haya dedicado a alguien.

Y es que la música tiene efectos directos en la conducta humana, ya que como explica la experta en sicología musical, Josefa Lacárcel Moreno, de la Universidad de Murcia, el mensaje afectivo de ésta se localiza en el diencéfalo, zona profunda del cerebro donde se asientan las emociones.

“La melodía afecta a la vida emocional y afectiva que son el contenido básico de la conciencia, de la actividad psíquica; está localizado en el sistema límbico, tálamo, hipotálamo, que se hallan en la base del cerebro y en el lóbulo temporal”, explica.

Por todos es sabido que nuestro cerebro es el órgano que analiza la percepción, pero además refleja el mundo exterior correctamente; por esto, lo que vemos u oímos son imágenes visuales o auditivas que dependen de la habilidad del cerebro para procesar su información.

La música es sonido y su actividad sensorial está principalmente en la zona donde se encuentra el centro de las reacciones físicas.

Debido a ello, los expertos señalan que el ritmo afecta la vida fisiológica y con él se tiende a la acción, es decir, al movimiento, razón por la que nos hace bailar.

“La música considerada como arte, ciencia y lenguaje universal, es un medio de expresión sin límites que llega a lo más íntimo de cada persona. Nos propicia a descubrir nuestro propio mundo interior, la comunicación con “el otro” o “los otros” y la captación y apreciación del mundo que nos rodea. Cada emoción nos predispone de un modo diferente a la acción, donde está incluido el sexo.

Esta expresión también nos moviliza y dirige, explica Lacárcel, a experimentar situaciones de alegría o de integración, por eso cuando escuchamos una canción que nos agrada, la podemos asociar con las personas que nos hacen sentir bien o hasta eróticamente activos.

Así, no es en vano que entre los enamorados una parte fundamental en la relación sea la música, y no sólo la que escuchan, sino la que comparten, la cual en relaciones muy intensas dejan asociada a la persona con ella y se vuelve de un placer a un suplicio escucharla cuando se separan.

Otro factor que interviene en que la música nos induzca al sexo es si se acompaña de letra, es decir, si se trata de una canción, ya que la voz se registra en la parte del cerebro que regula los movimientos y se localiza también en el centro donde se rigen las emociones.

Por otra parte, lo que se dice en las canciones son manifestaciones del deseo que sobre el mismo tema comparten las personas, por lo cual nos identificamos o identificamos a otros con ellas.

Por medio de la voz también manifestamos sentimientos, estados de ánimo, ya que es el medio de comunicación más rico que tenemos, además de ser el instrumento musical más antiguo perfecto y disponible con el que contamos.

Así, el tono y el volumen de la voz delata desde el estado de ánimo que tenemos, hasta el tipo de persona que somos. Por ejemplo, la tradición hindú descubrió desde hace milenios la combinación tan fuerte que se da al combinar la música y la voz con lo que se llama mantra, una palabra que actúa como una fuerza invisible de atracción de las cosas.

El ser humano estimulado con música siempre es susceptible de enamorarse y añadirle a la pareja cualidades que no tiene pero imagina o desea.

En el sexo, la música puede producir un efecto de sensualidad, ternura o de salvajismo que afecta la manera de conducirnos en los momentos eróticos; por esta razón, dentro de la ambientación es esencial.

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