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OPINIÓN 05/04/2013 01:00 Actualizada 01:00

SIGUEN LOS ABUSOS No pasó ni un día desde que entró en vigor la nueva tarifa del transporte público, para que los operadores de microbuses de diferentes zonas de la ciudad comenzarán a aprovecharse de los pasajeros. Y es que en menos de 48 horas, 154 unidades de transporte colectivo concesionado recibieron sanciones por incurrir en diferentes anomalías, entre las que se destaca el cobro elevado del pasaje en paraderos con una gran afluencia de usuarios como Taxqueña, Indios Verdes, Tacubaya, Universidad y El Rosario. Aunque los representantes de los concesionarios firmaron un convenio para comprometerse a mejorar el servicio, las deficiencias no tardaron en salir a la luz, ahora sólo falta que lleguen las sanciones ejemplares que tanto prometieron funcionarios como el secretario de Gobierno de la ciudad, Héctor Serrano.

SIGUE LA SEQUÍA Donde andan muy enojados con el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, es en varias zonas de la delegación Iztapalapa en las que el agua simplemente no llega desde hace más de una semana, cuando comenzaron las restricciones en el suministro por las reparaciones que se realizaron en el sistema Cutzamala. Resulta que en colonias como Tenorios, Palmitos y la unidad Teatino, las tomas domiciliarias siguen sin contar con el líquido, aunque el mandatario anunció que el servicio de agua potable se reanudaría desde el miércoles. Los vecinos de esta zona ya no saben qué hacer, pues al levantar reportes ante la demarcación sólo les dicen que esperen. Ojalá que las autoridades tomen cartas en el asunto y que el viacrucis de los habitantes de la delegación termine pronto.

PASAN LA CHAROLA Quien puso un pésimo ejemplo fue la presidenta del DIF de Tlalnepantla, Verónica Liliana Rocha Vélez, que se autorizó un incremento salarial que fue extensivo a mandos medios y superiores del organismo, en el que se tuvo que recortar a la tercera parte de personal debido a la falta de recursos. Como si esto no fuera suficiente, el DIF ahora solicita una cooperacha entre los habitantes del municipio y les pide una aportación voluntaria en sus recibos de agua potable; así la austeridad en Tlalnepantla.

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