Entre famosos y reporteros hay una fórmula

Gil Barrera

OPINIÓN 04/12/2017 12:07 Gil Barrera Actualizada 12:07

Hace casi tres décadas, Lupita D’Alessio se enfrentó a un grupo de fotógrafos de espectáculos, pues no quiso posar para unas fotos, acto seguido estos, —que en esa época estaban muy unidos— coincidieron con los jefes de las secciones y decidieron no volverle a tomar una gráfica hasta que la cantante se disculpara por la falta de respeto. 

La presión para Lupita fue mayor cuando unos días después, en un Siempre en Domingo realizado fuera del foro, al momento de subir a cantar al escenario, los fotógrafos pusieron al pie del escenario sus cámaras y ninguno tomó nada de la presentación de Lupita. Pasaron los meses y la 'Leona Dormida' se reencontró con los medios, en un ejercicio de amor y odio que al final les trajo resultados a ambos. 

Durante décadas, las estrellas principalmente de los ochentas entendieron que entre los medios y el ‘artista’ debe existir una complicidad que trae beneficios y desde ahí personajes como Julio Iglesias, Raphael, Rocío Dúrcal, José José construyeron carreras sólidas que hasta la fecha le han dado resultado por la cercanía que tienen o tuvieron con los medios. Su complicidad generó en ambos lados un respeto que actualmente sencillamente no existe.

Para los famosos, la prensa ha dejado de ser un complemento en su carrera, lejos de tener una relación cordial, cercana y hasta afectiva, día a día se vuelve agresiva, el ‘artista’ piensa que la prensa se levanta con ganas de ‘joder’ y de inventar algo en contra de ellos. Y sí, hay medios que tienen una línea más agresiva, en respuesta a un público que pide más. Si los famosos vieran cómo suben los números de audiencia cuando se da un chisme, entenderían que la industria exige este tipo de cosas, es un tema de audiencia, de medios y de impacto. 

Al final, gana el famoso que sabe exponer de manera combinada su vida privada y profesional, que además “se hace amigo” del reportero, ahí está Enrique Iglesias que por herencia de su padre tiene una sana relación con los medios, habla lo que le da la gana, está vigente con su público, vende discos y hasta besa al reportero.

No es consentir al reportero, es darle herramientas de trabajo adecuadas, no es invitarle unos tragos, es entender que sí es el canal que comunica con el público por cualquier de sus plataformas. El reportero busca contenido, no que le hagan una posada con luces multicolores a manera de reconocimiento, pues el reportero que ve esto como oficio entiende que su vida “paralela” con el famoso solo servirá para que la estrella aparezca en su medios y después lo dejará en un rincón hasta que vuelva a necesitarlo.

La estrella que se cierra a las entrevistas y no tiene que comunicar, sólo logrará que crezca el reporteo de persecuciones, ese que demerita el oficio, el que desinforma y especula, y todo por la mente obtusa del famoso y de sus estrategas.

Convivir con la prensa y una excelente estrategia de comunicación en redes, fue uno de los detonantes para que Luis Miguel regresara exitoso, se “volvió” cordial se “reencontró” con reporteros y ya hasta se analiza una reunión con los medios.

La fórmula no es tan complicada, lo difícil es encontrar un famoso que quiera entrarle al esquema. Para ser publirrelacionista se necesita estudio, oficio, olfato y astucia para que el producto trascienda, sin embargo, así como hay reporteros que carecen de oficio hay publirrelacionistas que llegan como fans o “tacles” de reporteros y su única especialización es saber decir al famoso lo que ellos quieren oír. 

Con sus honrosas excepciones, estamos plagados de ‘RP’s’ analfabetas, que manejan a los medios en el whatsapp o hacen un boletín engañoso y con vergonzosa redacción. También en el medio, no necesariamente el mejor artista está con el mejor RP. Muchos, por ganar artistas o ser sus amigos, abaratan el oficio y atentan contra la industria artística que exige profesionalizarse para generar nuevos talentos, así como una nueva camada de estrellas que tanta falta nos hacen. Por hoy es todo, nos leemos la próxima, donde quizá hablemos de ti. 

@gilbarrera

 

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