Mi Juanita te refresca el paladar

OPINIÓN 04/09/2015 05:00 Actualizada 05:00

Cincuenta y ocho años después, detrás de una vitrina para helados de color blanco y dentro de un angosto negocio construido con cemento, Mario Cuéllar -un hombre sonriente, de cabeza blanca por la edad, pero con cejas negras frondosas-, sigue sirviendo en copas de plástico y unicel, las mismas nieves cristalinas y los helados de crema que su padre despachaba.

Era el año de 1957, cuando ‘Nevería Mi Juanita' subió con un estrepitoso golpe su cortina de metal sobre la calle Héroes de 1810. En ese entonces, el mercado viejo de Tacubaya había sido derrumbado y una nueva construcción con el nombre de ‘Mercado de Cartagena', aparecía en el panorama.

Pedro, el padre de Mario tenía dos locales en el primer mercado, por eso le respetaron sus espacios durante la transformación. Su negocio principal era la alfarería, pero la idea de una tienda de helados le brotó.

Ni su esposa, ni sus hijos, supieron de dónde partió su decisión, pero lo apoyaron. Y al no poder traspasar el negocio de alfarería a nevería, se estableció ahí, en la calle popular donde las pollerías abundan y donde ahora las personas se unen en una fila con un único objetivo: probar sus nieves y helados de preparación artesanal.

A las cinco y media de la mañana, Mario llega a su establecimiento, saluda a La Virgen de San Juan de los Lagos que tiene en la entrada del lugar y comienza a extraer la pulpa de las frutas que va a utilizar.

De ahí el nombre ‘Mi Juanita', pues sus padres le encomendaron la nevería a la virgen, razón por la que, asegura, se ha mantenido exitosa tantos años.

Tras moler cada ingrediente, Mario separa las mezclas y las vacía en garrafas largas de metal. Si es una nieve, les añade una ración de azúcar y si es un helado de leche, les agrega además una cantidad secreta de leche condensada. Luego, cierra las garrafas y las cubre de hielos combinados con sal de mar, en un barril de madera.

Las garrafas son antañas, pero bastante funcionales. Por eso, después de 40 minutos girando con la ayuda de un motor, las nieves o el helado salen listos para servirse en vasos pequeños, medianos o grandes.

Los sabores son vastos y se extienden hasta los 250, pero en la nevería siempre cuentan con 33. Mango con crema, coco, de pandillas, plátano, zarzamora, nuez, pepino con chile, nescafé, aguacate, jamaica, tequila y mezcal con higo, pero la especialidad es el de mamey, es la que primero se termina.

PALADARES

"Tengo años viniendo aquí a Mi Juanita, como unos 30 o 40 (años). No pues yo vengo por la nieve que está ‘bien' rica. Me gusta la de mamey o la de nuez". Max Yáñez, Comensal.

"Me recomendaron estas nieves y están muy buenas. Todo está ‘bien' rico, lo fresco, lo frío, el sabor de todas.  Es natual y mi nieve favorita es la de limón con guayaba". Édgar Vilchis Cliente.

DÓNDE

Visítalos de lunes a domingo de 9:00 a.m a 7:30 p.m, en la calle Héroes de 1810 #21, colonia Tacubaya.

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