¿Y ahora qué hacemos con el viejo aeropuerto?

OPINIÓN 04/09/2014 05:00 Actualizada 05:00
Nunca nada se ha construido en el tiempo previsto,
ni dentro del presupuesto.
Ley de Keops

A estas horas seguramente usted se ha enterado de algunos detalles del proyecto para construir un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México que, dicen, comenzará a operar en 2020. El gobierno federal ha encomendado esta obra a los reconocidos arquitectos Norman Foster y Fernando Romero, también conocido como el yerno de Carlos Slim. En el render presentado ayer en Los Pinos, el nuevo aeropuerto parece moderno y adecuado a las necesidades de la capital del país. Ahora habrá que esperar las opiniones de los expertos en el tema, luego de que analicen el proyecto a detalle, especialmente en lo que concierne al suelo tan cercano al ex vaso de Texcoco.

También habrá que estar atentos al trabajo de concertación política que realice el gobierno con la oposición en Atenco. Ayer, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra desempolvó su arsenal de machetes y tomó de manera simbólica maquinaria de una empresa contratista de Conagua que realizaba trabajos de dragado en los ejidos de la zona.

Por otra parte, el actual AICM está saturado desde hace mucho tiempo, la Terminal 2 no ha sido suficiente para atender la cantidad de vuelos y pasajeros, especialmente en la temporada vacacional. El día de ayer, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza no dejó claro cómo se ocupará el espacio que se libere. El aeropuerto es un tapón para el desarrollo urbano de la capital dado que está enquistado a 11 kilómetros del Zócalo capitalino. Por un lado, las zonas generadoras de empleo y productivas se encuentran en la región surponiente, mientras que la fuerza laboral habita en la zona norponiente. El hecho de que las personas tengan que recorrer largas distancias desde su casa al trabajo provoca que todas las principales vías se saturen en horas pico. Si el gobierno se propusiera construir desarrollos inmobiliarios en esas grandes extensiones de terreno, poco más de 750 hectáreas, elevaría la calidad de vida de miles de personas que actualmente habitan en ciudades dormitorio del Estado de México que fueron construidas de manera rapaz por las vivienderas durante los últimos años, en 15 municipios, donde existe una población económicamente activa de casi 3 millones y medio de habitantes.

Periscopio

El Senado de la República otorgó licencia al priísta Raúl Cervantes Andrade para dejar su escaño en el pleno de Reforma e Insurgentes. La academia sólo será una estación de paso para el priísta, ya que espera ser propuesto por el presidente Peña para ocupar un lugar como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a partir del 30 de noviembre de 2015, fecha en que terminarán su periodo los ministros Juan Silva Meza y Olga Sánchez Cordero.

En el radar

Quienes se sorprendieron con las declaraciones del cangrejo Tomás Boy respecto a la llegada del Chicharito Hernández al Real Madrid deberían asomarse a Twitter para darse un buen levantón de cejas con las críticas que lanzaron varios panistas al proyecto del nuevo aeropuerto. Hay que recordar que el proyecto de un nuevo aeropuerto estaba contemplado desde la administración de Vicente Fox, pero como la mayoría de lo que intentó la administración foxista se quedó en meras intenciones. Este espacio omite los demasiados nombres de los quejosos para no quemarlos.

Bitácora de lo absurdo

La Secretaría de Educación Pública es una de las áreas que peores resultados ha dado en la actual administración federal. Emilio Chuayffet no ha podido implementar la reforma educativa ni coordinarse con el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, para integrar al combativo gremio magisterial. Como dato curioso, el mexiquense no fue invitado al evento donde se presentó el proyecto del nuevo aeropuerto. Por su parte, Chuayffet le dio un espaldarazo a José Carreño Carlón, en el 80 aniversario del Fondo de Cultura Económica. ¿Será que se irán juntos cuando se anuncien los cambios en el gabinete?

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