Enredos en Cofetel

OPINIÓN 04/07/2013 05:00 Actualizada 05:00

La creación de la Cofetel ha sido una de las pifias más notables del aparato de gobierno en las últimas décadas. Costosa, escandalosa e improductiva, la Comisión de marras fue sujeta de controversias constitucionales y pleitos de lavadero con la SCT. Tras 17 años de operación está a punto de desaparecer en medio del entuerto del apagón analógico. Mony de Swaan, su consejero presidente, es una especie de “alma en pena” que vaga por los “abismos” del descrédito.

Todo lo relacionado con el apagón analógico se ha hecho mal. El primer episodio del apagón en Tijuana resultó fallido, pues además de que el reparto de decodificadores entre la población de escasos recursos careció de eficiencia (y se cree que también de aseo), no se previó el calendario electoral. Fue necesaria la intervención de Gerardo Ruiz Esparza, titular de la SCT, para que el apagón en la fronteriza ciudad se pospusiera hasta el 18 de julio. Evidentemente, tal aplazamiento se concedió por consigna presidencial ante el temor fundado de que la suspensión del sistema analógico y consecuentemente de las pautas de propaganda electoral pudieran generar impugnaciones judiciales.

En los foros en los que se ha presentado, De Swaan sostiene que 14 mil hogares tijuanenses quedaron sin decodificador (7% del globo) y que por tanto el apagón procedía. Agrega que las manifestaciones populares y la sobreexposición del tema están alentadas por las grandes cadenas de televisión, pues éstas no quieren devolver al Estado las frecuencias analógicas.

Mony de Swaan tiene razón cuando sugiere el interés de los grandes consorcios por frenar la transición, como también aciertan quienes acusan al funcionario de “torpe” e “imprudente”. Lo de “corrupto” se lo tendrían que comprobar.

Tijuana es una de las ciudades con mayor ingreso per cápita del país, e indudablemente la que tiene mayores accesos a la tecnología. Una tele análoga es vista como una pieza de museo inclusive en sus estratos de clase media baja. Y no obstante, el apagón generó en esta importante frontera un escándalo nacional que concluyó en el aplazamiento ya señalado. ¿Alguien tiene idea de lo que ocurrirá cuando los apagones lleguen a las comunidades del sur-sureste? ¿Habrá presupuesto que alcance para dotar de decodificadores a los usuarios que aleguen que no tienen para comprar un receptor digital? ¿Es ético que sea el Estado, y no las televisoras, quien asuma el costo del reemplazo?

Lo único que le queda a Cofetel en el tema de la transición es informar sobre la adquisición y distribución de los decodificadores, porque por las experiencias vividas en Tijuana, se presiente un caso de corrupción, o al menos de criminal ineficiencia. En lo que refiere a los calendarios y a la logística del apagón, lo mejor será que Cofetel se excuse. Las cosas se hicieron mal desde un principio y repararlas desde la debilidad y descrédito institucional es imposible.

Parece ser mejor idea acelerar la creación del recién promulgado Ifetel para que éste, apadrinado y bendecido por el Pacto por México, retome el tema con mayor autoridad y credibilidad.

No nos gusta la idea de aparecer con notas reprobatorias en esta materia, pero persistir en que lo opere Cofetel sería más riesgoso. De Swaan no quiere, no puede y no debe. Tirarle la toalla sería lo mejor.

Se fue Sevillano. Hace unas semanas murió Luis Sevillano, un estandarte de LOS UNIVERSALES. En la persona de don Luis se fue uno de los más leales y entregados colaboradores con que ha contado el Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz a lo largo de sus casi 44 años como Presidente de esta empresa editorial.

En lo personal mucho le debo a quien fue mi impulsor cuando fui orgullosamente reportero de EL UNIVERSAL. Hay jefes que cambian, para bien, la vida de sus colaboradores. Ese es el caso de don Luis. Dios bendiga a mi amigo y maestro.

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