Tan bochornoso como la ola de calor que azota al territorio nacional, así cayó en el gobierno mexicano la decisión del gobierno de Estados Unidos por imponer un impuesto al acero y al aluminio mexicano, ya que esto sucede durante la renegociación del Tratado de Libre Comercio. 

Ya que es una señal del final de facto del acuerdo comercial entre quienes en antaño se consideraran los “tres amigos”.

Días antes de la entrada en vigor de la medida, Donald Trump dijo, con su particular estilo, que los mexicanos sí íbamos a pagar por el muro, pero que “aún no lo sabíamos”. 

Después, con un poco más de seriedad, el presidente estadounidense dijo que analizaba la posibilidad de realizar acuerdos comerciales por separado con México y Canadá debido a las naturales diferencias entre ambos socios comerciales. 

Criticó que nuestro país ha afectado la industria automotriz en EU, cuando en la realidad la mano de obra mexicana es de primer nivel históricamente, basta con ver que armadoras de Alemania y Japón ha decidido instalar sus plantas en México por la calidad del capital humano. 

Y también, hay que decirlo, debido a los malos sueldos que se pagan aquí, en comparación con otras latitudes. 

Tras el anuncio del gobierno de Estados Unidos del impuesto arancelario al acero (25%) y al aluminio (10%) proveniente de México, Canadá y la Unión Europea, el candidato Ricardo Anaya se pronunció por que el gobierno mexicano llevara el caso al arbitraje de la Organización Mundial de Comercio, ya que consideró que se trata de una “flagrante violación a las reglas del comercio internacional”. 

Y aunque reconoció que las medidas tomadas por la Secretaría de Economía al imponer tasas arancelarias a una serie de productos estadounidenses eran buenas, dijo que no era suficiente. 

Por su parte, el gobierno encabezado por el primer ministro Justin Trudeau sí acudió a la OMC para dirimir esta guerra comercial.

Pero esa no fue la única coincidencia entre ambos personajes, Trudeau ofreció una entrevista exclusiva al programa “Meet the press”, de la cadena televisiva NBC que se transmitió el día de ayer, donde argumentó que las nuevas tarifas impuestas por la Casa Blanca al acero canadiense eran “insulting and unacceptable”. 

Misma expresión utilizada por Ricardo Anaya para referirse a la idea de construir un muro en la frontera entre México y Estados Unidos. Mismas ideas, misma expresión, distinto carisma.

En el radar. López Obrador comienza a calentar la Ciudad de México. Ayer, en un mitin en la delegación Venustiano Carranza, el candidato de la coalición “Juntos haremos historia” se quejó de que el gobierno de la capital no permitió el uso del Zócalo para el cierre de campaña. 

Usted recordará que en días pasados el jefe de gobierno José Ramón Amieva anunció que se instalarían pantallas gigantes de televisión para que la población pueda ver los juegos de la Selección mexicana de futbol durante el Mundial Rusia 2018. 

Ya veremos el desenlace de estas sendas historias que tienen como escenario común el mes de junio. Aunque Amieva se mostró optimista al decir que “según algunos expertos deportivos” se prevé que México jugará un cuarto y hasta un quinto partido. Los pronósticos apuntan a que el Tri no supere la primera ronda de la justa mundialista. Ya veremos. 

Bitácora de lo absurdo. Tres turistas escoceses fueron despojados de sus teléfonos celulares en pleno día, en la estación Pino Suárez del Metro de la Ciudad de México. 

Los visitantes vinieron a nuestro país para presenciar el partido amistoso de futbol entre México y Escocia en el Estadio Azteca, que sirvió como despedida previó al viaje a la Copa Mundial. No está de más decir que la pobre exhibición que dieron los verdes fue motivo de abucheos por parte del respetable al final del encuentro. 

Mismo abucheo que se merecen quienes roban a los turistas, porque pedir que la autoridad los encuentre y presente ante la justicia es mucho en estos tiempos de impunidad y cinismo. 

Twitter: @LeoAgusto