Que a Chuchita la bolsearon

OPINIÓN 04/06/2014 05:00 Actualizada 05:00

Comisiones del Senado iniciarán pasado mañana los trabajos para dictaminar las iniciativas de leyes energéticas secundarias. Una vez listos esos dictámenes, la Comisión Permanente podrá convocar a otro periodo extraordinario del Congreso que los discutirá y seguramente aprobará. El proceso legislativo, estiman los senadores, llevará hasta el 17 de junio próximo, fecha en que pasarán a la Cámara de Diputados para su ratificación.

La discusión de este asunto —que cambia de manera radical, no solamente el régimen de propiedad y explotación de las industrias petrolera y eléctrica del país, sino principios constitucionales diametralmente opuestos a los que han dado sentido al proyecto nacional de los últimos 75 años— coincidirá, como se advirtió aquí en entregas pasadas, con la realización del Mundial de Futbol Brasil 2014, tema que robará la atención de cualquier otro, por trascendente que sea.

Quien esto escribe no tiene duda —tras revisar la reforma constitucional y las iniciativas secundarias— que esa normatividad privatiza la actividad petrolera y la generación de energía eléctrica, aunque sus promotores e impulsores lo nieguen; entrega concesiones (disfrazadas de contratos de producción compartida y de utilidad compartida) aunque el artículo 27 de la Constitución lo prohíbe explícitamente; entrega, también, una parte importante de la renta petrolera: ¿si no cómo entender los contratos de utilidad compartida?; debilita, en términos de competencia, a Pemex y a la CFE, sin que se garantice, como tanto se ha insistido, que bajará el precio de la gasolina y las tarifas de luz; y supedita —como refería el sábado pasado el ingeniero Javier Jiménez Espriú en un artículo de La Jornada— la propiedad privada de la tierra a los intereses de los concesionarios (o contratistas), a grado tal de poder llegar a la expropiación.

El tema es crucial y debería merecer toda nuestra atención, el conocimiento preciso de qué se trata y una consulta popular que determine si ese el camino para reactivar nuestra industria energética, crear más empleo bien remunerado, detonar el crecimiento económico, revertir nuestro empobrecimiento y cerrar la brecha de la desigualdad. En lo personal no creo que sea el camino.

Pero el Mundial de Futbol de Brasil nos robará toda la atención. Por eso, cuando termine y haya ocurrido éste que le digo, no salgan con que a Chuchita la bolsearon.

Instantáneas:

1. ABDICACIÓN. La Guerra Civil Española entre monárquicos y republicanos (1936-1939) se dirimió con un golpe militar que dio lugar a la larguísima dictadura de Francisco Franco, quien permaneció en el poder 36 años. A la muerte del llamado Caudillo y, de conformidad con una ley expedida en 1947 y un acuerdo de las Cortes franquistas de 1969, Juan Carlos Primero fue designado sucesor del dictador muerto. Ganaban finalmente los monárquicos sin que se sometiera a consulta de los españoles qué régimen de gobierno quería la mayoría. Juan Carlos de Borbón se convirtió, sin embargo, en aquella coyuntura histórica, en un referente de cohesión nacional que condujo la transición democrática hacia una monarquía constitucional que ganó viabilidad con un sistema bipartidista. Pero ese papel cohesionador ya no lo tienen más el rey y la monarquía. Se agotó al cabo de 39 años de reinado en que la monarquía se distanció de sus súbditos. En ello obraron la salud del Rey y sus constantes batallas en el quirófano, pero sobre todo, errores que deterioraron la imagen de la casa real. Entre los medios españoles había un pacto no escrito de no tocar la figura del rey, sustentado en un principio constitucional de inimputabilidad del monarca.

Pero ni eso pudo contener la crítica y el escándalo cuando el rey fue regresado con la cadera rota y se supo que en la fase más cruel de la crisis económica, el monarca estaba en Botsuana cazando elefantes. Y acabó de abollar la corona con el escándalo de corrupción que involucra a su yerno Iñaqui Undargarín y a una de sus hijas. Juan Carlos no abdicó por generosidad y sabiduría, más bien fue un acto desesperado para salvar a la monarquía.

2. ATRIBUTOS. Si en España no se impone la creciente presión por un cambio de régimen de Estado mediante la realización de un referéndum, la monarquía continuará y quedará en manos de Felipe Juan Pablo y Alfonso de Todos los Santos Borbón y Grecia quien reinará a partir del próximo 18 de julio como Felipe Sexto. Quienes lo antecedieron con ese nombre tuvieron apelativos que por lo menos sugieren buenos atributos: Felipe Primero El Hermoso; Felipe Segundo El Prudente; Felipe Tercero El Piadoso; Felipe Cuarto El Grande; y Felipe Quinto El Animoso. ¿Qué apelativo ganará el todavía príncipe de Asturias, Felipe de Borbón?

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