Si la meta es progresar

OPINIÓN 04/03/2014 05:00 Actualizada 05:00

El próximo 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, cuyo lema en 2014 es Igualdad para las mujeres: progreso para todos y todas. La fecha no es puramente un festejo, es una acto formal para reflexionar sobre los progresos, así como los retos que debemos enfrentar como países y sociedad, para tener un planeta más justo, que ofrezca igualdad de oportunidades a las mujeres, un fin que a veces parece inalcanzable, pero que sin lugar a dudas es el correcto.

Con un desarrollo cada vez más globalizado, el mundo cambia rápidamente, nuestras vidas son muy diferentes a las que tuvieron nuestros padres y a las que tienen ahora nuestros hijos; en la rapidez o inmediatez con la que se vive, tenemos varias opciones que se resumen en no cambiar o en mejorar como seres humanos y adaptarnos, dejando atrás costumbres y creencias que nos perjudican, pero que sobre todo hacen daño a las personas que más queremos.

Pongamos en el centro el machismo o sexismo, o como queramos llamar a todas esas creencias y actitudes que nos hacen hablar y actuar como si los hombres fueran un ser superior y las mujeres criaturas inferiores.
¿Cuánto nos seguimos esforzando por hablar de los defectos de las mujeres, de sus temas superficiales y sus asuntos sin importancia? ¿Las mujeres están para servir y complacer al hombre? ¿Son las mujeres un complemento masculino al que hay que cuidar y proteger?

Si respondiste que sí a alguna de estas preguntas, estimado lector/a, hay una razón más para que sigas leyendo la nota de hoy.

El resultado de vivir en una sociedad sexista trae como consecuencias: más feminicidios, más crímenes sexuales, más violencia hacia la mujer, menor nivel de escolaridad femenina, mayor tasa de embarazo adolescente, más embarazos no deseados, más complicaciones ginecológicas, más depresión, mayor probabilidad de adicciones o de infecciones de transmisión sexual, por citar algunas de las más inmediatas.

Mientras las mujeres tengan menos oportunidades de estudiar y desarrollar todo su potencial, estarán condenadas a una mayor pobreza y a ser más vulnerables ante cualquier peligro o amenaza; lo peor es que cuando ellas formen familias o tengan hijas o hijos, también crecerán en un ambiente con más privaciones y menos oportunidades.

Las mujeres tienen los mismos derechos a la vida, a la libertad, a la autonomía, a la igualdad y la seguridad de su persona; a no ser víctimas de castigos crueles, degradantes o inhumanos; el derecho a la privacidad y a gozar del máximo estándar de salud que se pueda lograr.

¿Cómo actuar?

· Trata igual a tus hijos e hijas, dales las mismas obligaciones y derechos desde pequeños/as.

· Enseña a tus hijos a no hacer bromas, chistes o repetir dichos que denigren o ridiculicen a las mujeres. Debes poner el ejemplo.

· Enseña a tus hijos que la violencia contra la mujer es contra todas las reglas y que la fuerza no es para lastimar.

· Uno de los mejores regalos que puedes hacer a tus hijas es estimularlas y apoyarlas para que tengan una carrera y metas profesionales, así podrán tener vidas más plenas, construir familias más fuertes y tener un papel más participativo en su comunidad y en la política.

· Asegura el patrimonio económico de tus hijos e hijas por igual.

Cuando la mujer progresa, progresa toda la sociedad.

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