COMIENZAN EN CASA Ayer, el gobierno capitalino sorprendió con su decisión de aumentar los salarios a quienes trabajan para la administración local; aunque el incremento vendrá hasta el próximo año, se trata de un aumento salarial y no un ajuste al mínimo, como el funcionario lo ha propuesto. Con estas acciones, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, muestra que no cesará en su intento por que haya mejores percepciones para la clase trabajadora. Mancera comienza con los miles de burócratas, lo que seguramente le obligará a ajustar sus presupuestos para el 2015. El anuncio de Mancera se dio casi a la par del segundo Informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y le hizo sombra al primer mandatario, quien no se llevó toda la atención con sus propuestas de cara a su siguiente año de gobierno.

EL PRIETITO EN EL ARROZ Ayer, el Zócalo capitalino lució como en sus peores épocas, como cuando los taxistas Panteras, reyes de la impunidad, marchaban y llegaban hasta la plancha para finalizar sus movilizaciones con un mitin. Sólo que ayer no hubo permisos pegados en los cristales, autos balizados como taxis con placas de particulares, ni consignas que exigieran más concesiones. Más bien aquello estaba lleno de guaruras, camionetas de lujo y autos escoltas que usaron este espacio como un estacionamiento, por la ocurrencia de un empleado de la Presidencia de la República. Desde Los Pinos asumieron la responsabilidad de esta falla y ofrecieron que no se volverá a repetir. Na’mas faltaba eso, que dijeran que en adelante cualquiera puede darle ese uso, para ahorrarse la fatiga de caminar o no gastar unas monedas. Ese error costó que al menos en las redes sociales el mensaje del presidente Enrique Peña Nieto pasara a segundo término y se destacara el estacionamiento VIP.

BUEN DISCURSO Ningún partido político, sabemos, debe tener un discurso en el que se declare perdedor, pero de ahí a no ser realista hay un tramo. En el Panal, dicen, tienen la mira puesta en cuatro delegaciones: Iztapalapa, Álvaro Obregón, GAM y Venustiano Carranza. Sueñan que pueden gobernar al menos una mínima parte de la ciudad... ¡ja!