Si te pusieron el cuerno…

OPINIÓN 03/09/2013 05:00 Actualizada 05:00

Uno nunca está preparado para descubrir una infidelidad, por mucho que se tenga la sospecha de que la pareja es infiel. Ante la noticia o el descubrimiento, siempre habrá confusión y una sensación de que se te mueve el suelo bajo tus pies.

Las reacciones iniciales

Además del dolor, temor y enojo, la incredulidad, una mezcla de negación y choque emocional, se apodera de ti. Te cuesta creer que quien pensabas era leal, no lo es. Te resistes a aceptar lo sucedido y al dolor que se deriva de esta experiencia. Es probable que trates de negociar contigo mismo con ideas como: "De acuerdo, sucedió, pero no voy a dejar que me afecte" o "Lo perdonaré sólo si admite que no la ama y que no la volverá a ver".

Después, te debates entre la desesperanza y la esperanza. Por una parte, estás resentido y tienes un deseo de venganza: de castigar, infligir dolor o dar una lección a quien ha faltado al acuerdo de ser monógamo. Pero por otra, sabes que amas al otro y, por lo tanto, te gustaría salvar la relación. Muchos saben el infierno que es esta montaña rusa emocional.

Evita victimizarte

Quedarte demasiado tiempo en la negación y la lucha entre desesperanza y esperanza incrementa y prolonga tu dolor. Al estar atrapado en estas dos etapas, es probable que asumas el papel de víctima. Si te instalas en este papel, niegas tu poder para hacer frente a tu futuro y renuncias a la posibilidad de seguir adelante con tu vida. Sin poder, quedas a expensas de que alguien te "salve".

En el papel de víctima también es fácil culparte injustificadamente y decir: "Si tan sólo le hubiera dado mejor sexo, más dinero o atención" o "Si tuviera un mejor cuerpo". Desde la postura de la víctima es fácil alimentar el resentimiento y a la vez martirizarte. De manera irracional, el mártir piensa que su dolor le producirá mayor dolor a quien le "ofendió".

Victimizarse, en cualquiera de las formas anteriores, es una reacción muy común que se transmite de generación en generación. Ahora bien, el hecho de que sea una conducta conocida no quiere decir que sea benéfica. Por fortuna, esta respuesta aprendida se puede modificar. Como en muchas otras situaciones en la vida, si tu pareja te ha sido infiel, puedes tomar dos caminos: el de la víctima o el del valiente.

Cómo salir adelante

El valiente trata de salir de la negación y de la lucha entre desesperanza y esperanza tan rápido como le es posible, para pasar a la etapa del aprendizaje. El valiente sabe que permanecer en el dolor y el enojo y resistirse a aceptar la realidad puede convertirse en un infierno. Busca sanar y recuperar su libertad, a veces con la ayuda de un psicólogo o terapeuta.

Una primera etapa hacia la sanación consiste en enfrentar el dolor y el enojo, aceptarlos y darles cauce de manera adecuada. La siguiente fase involucra la aceptación profunda de lo sucedido. La última etapa es la del aprendizaje. De cualquier situación adversa, como la infidelidad, se derivan grandes lecciones. Son estos aprendizajes los que hay que aprovechar. Hay que dedicar suficiente tiempo para reflexionar sobre ellos. Esto con miras a tener mejores relaciones en el futuro, relaciones de todo tipo, no sólo de pareja. ¿Conoces a alguien que haya aprendido alguna lección después de un evento de infidelidad?

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DATO INTERESANTE:
Una estudio del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social reveló que en México, 15% de las esposas y 25% de los esposos tienen o han tenido relaciones extramaritales. (www.milenio.com)

RECOMENDACIÓN:
¿Cómo superar la infidelidad?
Autora: Patricia Palao Mendoza
Editorial: Editores Mexicanos Unidos
Sinopsis: A través de este libro, comprenderás que la infidelidad es, en realidad, un reflejo de la crisis existencial y de la necesidad de cambio en la relación.

CITA:
"Los hombres engañan más que las mujeres; las mujeres, mejor" JOAQUÍN SABINA, CANTAUTOR ESPAÑOL

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