El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 establece, como una de las cinco metas nacionales del gobierno de la República, lograr “un México próspero” que promueva el crecimiento sostenido de la productividad en un clima de estabilidad económica y mediante la generación de igualdad de oportunidades.

Gracias a las reformas estructurales que emprendió el presidente de la República Enrique Peña Nieto y que aprobamos en el Congreso de la Unión, vamos por la ruta correcta, nuestro país cuenta con un mejor panorama para hacer negocios y los mexicanos tienen mejores expectativas de desarrollo.

Contamos con una mayor presencia a nivel internacional y con el potencial para que en los próximos años México se perfile como una de las 10 economías más grandes del mundo.

Sé que el camino no es fácil y que el cambio es gradual. Sin embargo, no podemos negar que la ambiciosa agenda de reformas para resolver los problemas estructurales está dando los primeros resultados.

Hoy, a pesar del complejo entorno internacional, crece el interés de otras naciones para invertir en nuestro país; además, organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) reconocen el desempeño de México y mantienen una perspectiva optimista sobre su desempeño en el futuro.

Gracias a la reforma en materia de telecomunicaciones, las familias y empresas están pagando menos en telefonía, actualmente ya no se cobra la larga distancia nacional. La reforma energética ha permitido que las tarifas eléctricas en el sector industrial bajen entre 25 y 36% en los últimos 12 meses; además, a partir de este año el precio de la gasolina ya no sube cada mes.

En los primeros dos años y medio de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, el número de trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se incrementó en 1.5 millones, mientras que en igual periodo del gobierno de Vicente Fox, el total de asegurados disminuyó en 168 mil y en el de Felipe Calderón aumentó en sólo 189 mil.

Hace unos días, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que en abril de este año el Indicador Global de la Actividad Económica, un instrumento que permite conocer y dar seguimiento a la evolución del sector real de la economía, registró un incremento de 0.72% mensual, el más elevado de los últimos 23 meses.

Ahí están los primeros resultados. Sin embargo, el reto es que las bondades de las reformas continúen materializándose en beneficios concretos para todas las familias mexicanas. La OCDE ha señalado que si estas reformas se implementan a plenitud, podrían aumentar el PIB per cápita anual en un punto porcentual durante los próximos diez años.

Estos elementos nos muestran un panorama más alentador del que teníamos hace tres años. Las reformas estructurales que impulsó el Presidente de la República, con el apoyo de las principales fuerzas políticas del país, están generando confianza dentro y fuera del país. Son la base del crecimiento económico y la verdadera transformación de México.