Hacienda: boquete y recorte

OPINIÓN 02/02/2015 05:00 Actualizada 05:00

Desde que inició el pronunciado desplome del precio del petróleo por ahí de septiembre pasado, Luis Videgaray Caso dijo que no era necesario recortar el gasto público, porque el hueco presupuestal ocasionado por la pérdida de ingresos petroleros, estaba sobradamente cubierto por un seguro.

A principios de enero, ya con el barril de la mezcla mexicana de petróleo por debajo de los cuarenta dólares, el secretario de Hacienda deslizó la declaración de que el Presidente estaba facultado para reducir el gasto público en el momento en que determinada circunstancia lo hiciera necesario.

El mensaje metió duda sobre los alcances de la cobertura petrolera y obligó a que el presidente Peña Nieto declarara que, definitivamente, no habría recorte presupuestal este 2015 y aprovechara para determinar que una eventual caída de ingresos no se resolvería ni con más impuestos, sino con el ajuste del gasto público, mucho más adelante.

Pero la terca realidad se impuso y les impidió a ambos seguir con el engaño: La caída del precio del petróleo (desde los 90 dólares por barril en enero de 2014 hasta 39 dólares por barril en enero de este año, precio que es 59% menos al estimado en el presupuesto, el previsible aumento de las tasas de interés de Estados Unidos y la desaceleración económica mundial), impactaron el presupuesto más allá de la cobertura petrolera.

Videgaray no tuvo más remedio que aguantarse su soberbia y recortó el gasto público en 124 mil millones de dólares, 0.7% del producto interno bruto. La composición del ajuste quedó de la siguiente manera: Pemex, 62 mil millones de pesos; CFE, diez mil millones de pesos y otras dependencias del Ejecutivo, 52 mil 200 millones de pesos. Dentro de estas últimas, el mayor recorte está en la SCT, con 11 mil 820 millones de pesos; Educación, con siete mil 800 millones; Agricultura, con siete mil 128 millones de pesos y la Conagua, con seis mil 400 millones.

En la composición del recorte, 65% de los 124 mil millones de pesos ajustados, 18 mil 100 millones de pesos son gasto de inversión y 34 mil 100 millones (65%), gasto corriente. De este último: 15 mil millones (44%), son subsidios; 12 mil 265 millones (36%), gastos de operación; y 6 mil 809 millones, de servicios personales.

Este último referente es el que más utiliza el gobierno para reforzar la idea de que el recorte es, sobre todo, en el gasto corriente del gobierno, con la quita de 10% de los salarios de los demás. Pero si se observa, el mayor monto del ajuste se da en Pemex.

¿Por qué el ajuste al sector energético precisamente cuando declina la producción de hidrocarburos del país y proyectos carísimos como la producción de gas de lutitas y los yacimientos de aguas profundas en el Golfo pierden su rentabilidad por lo deprimido del precio del petróleo?

Porque aun en medio de esta complicaciones, se aprovecha la coyuntura para seguir comiéndose las capacidades de Pemex y la CFE, y acelerar su desmantelamiento en beneficio de trasnacionales a las que invitarán a ‘comerse el pastel’ energético que queda, como advierte el ingeniero Javier Jiménez Espriú.

Recortar el gasto del gobierno no es malo a ojos de la mayoría de los economistas, siempre y cuando el ajuste lo haga en gastos suntuarios e inútiles del gobierno. Eso debieron haber hecho Vicente Fox y Felipe Calderón cuando se tenían precios del petróleo cercanos a los 115 dólares.

Pero cuando se recorta el gasto de inversión, como es ahora el caso en Pemex y la CFE, se pierde una herramienta que aceita la economía y genera empleos.

2. TEATRO MAYOR. El tenor Javier Camarena, la soprano Karen Gardeazabal, la mezzosoprano Guadalupe Paz y el barítono Jorge Lagunes son hoy en día unas de las mejores voces de la lírica de México y se presentan juntos por primera vez en Colombia auspiciados por la Embajada de México en este país.

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