Jugamos como siempre, perdimos como nunca

OPINIÓN 01/07/2014 05:00 Actualizada 05:00

La mañana del domingo 29 parecía una Navidad adelantada en junio, a la gente se le veía un semblante alegre y hasta daba los buenos días a desconocidos que de pronto eran del mismo equipo. Hubo compras de pánico de los tradicionales antojitos de mercado, que se agotaron desde temprana hora. Sí, se trataba de un simple juego de futbol donde las emociones e ilusiones futboleras del país estaban sobre la mesa y eso lo hizo importante.

Difiero de quienes agregan a la injusta derrota de ayer la carga de las eliminaciones del pasado y se suben al círculo vicioso de expresiones como "ya merito" o "jugamos como nunca, perdimos como siempre"; de actitudes como ponerse la playera de Brasil, como en México 70; del temor a los penales que nos dejaron los mundiales de 1986 y 1994; de la fijación por jugar, ya no digamos ganar, el quinto partido; del refugio ante el miedo a la derrota que se expresa en el grito de "Sí se puede", no olvidar que esta porra surgió de las gargantas de unos padres que estaban apoyando a sus hijos en un campeonato mundial de béisbol infantil, pero estamos hablando de niños, no de jugadores profesionales. Y ahora, al igual que los marchistas descalificados recurrentemente en Juegos Olímpicos, agregamos a la derrota la carga de un árbitro que respondió a los intereses de la Fifa y al jugador tramposo Arjen Robben que se tiró un clavado para obtener por la vía de la pena máxima el gol de la diferencia que no pudo meter jugando limpio.

La Fifa es una mafia que sólo tiene dos amos; el dinero y el poder. En contraste con el castigo por la actitud antideportiva que tuvo el jugador uruguayo Luis Suárez al morder al italiano Giorgio Chiellini y que le costó una suspensión de cuatro meses de toda actividad futbolística y una jugosa multa, la dictadura del balón no actuó con la misma firmeza en el caso del jugador holandés: "Instamos a todos los futbolistas y a las federaciones a mantener siempre el fair play. Pero en este caso no se trata de una infracción grave", dijo la vocera Delia Fisher.

En el futbol cuentan las habilidades técnicas y las capacidades físicas de los jugadores, sí. También abona el juego de conjunto, pero se ha demostrado más de una vez que la fortaleza mental hace la diferencia final entre vencedores y vencidos. Uno de los grandes aciertos de Miguel Herrera como líder del Tricolor fue salirse de esa lógica perdedora al comenzar a hablar en entrevistas de algo que pocos tenían en mente: el séptimo partido, la final de la Copa del Mundo. Y para darle la vuelta a esta rueda de la fortuna que el inconsciente colectivo jungiano no nos permite abandonar, diría que jugamos como siempre, perdimos como nunca.

Periscopio

Hablando de futbol, Concacaf se ha convertido en una tierra de gigantes. El caso de la selección de Costa Rica es de aplaudirse. Hay dos parámetros que los directivos mexicanos deberían tomar en cuenta, la mayoría de los seleccionados ticos juegan en Europa. Quizá sea hora de impulsar lo mismo en México, el caso de Memo Ochoa que renunció a la fama y la zona de confort al ser estrellita del club América para irse a un equipo menor en Francia es el mejor ejemplo.

En el radar

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, postergó una visita de Estado a Washington para recibir a la Roja luego de ser eliminada ante el anfitrión Brasil. Sería muy bueno que el presidente Peña recibiera al Tricolor en Palacio Nacional y después se dieran una vuelta por Reforma para aplaudirles como se merecen. Gracias, muchachos.

Bitácora de lo absurdo

Mal tino de la aerolínea holandesa KLM al publicar un tuit luego del partido entre las selecciones de Holanda y México: Adiós amigos (con la foto del señalamiento de salida con el icono de un charro mexicano). La publicación en Twitter llegó en un momento donde la afición se sentía timada y fue objeto de un linchamiento encabezado por el actor Gael García Bernal. Más tarde se disculpó la empresa con una afición de delgada piel que goza de gritarle puto al adversario.

Nos arrobamos en Twitter: @LeoAgusto

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