Binoculares

OPINIÓN 01/07/2014 05:00 Actualizada 05:00

LAS RAZONES DE NORA ARIAS Hace unos meses el delegado bejaranista en Álvaro Obregón, Leonel Luna, tuvo un desencuentro con la delegada en Gustavo A. Madero, Nora Arias, por la Cruzada contra el Hambre. Luna acusó a la funcionaria de que por su culpa no habían bajado los recursos federales, cuando Arias lo que pedía era que el proceso fuera claro y a los ojos de todo mundo, para evitar el uso clientelar de los programas. Pues ayer, Leonel Luna aceptó que aquello de la Cruzada en la ciudad fue una vacilada. En sus palabras, “un vil engaño”, esto luego de las declaraciones del delegado de la Secretaría de Desarrollo Social en el DF, Sixto Hoyos, quien ya dijo que si habrá recursos, eso será hasta el 2015. Muy inocente, Luna picó la carnada lanzada por el gobierno federal para entrar a la ciudad de México en busca de adeptos.

EL LADO RUDO DE LOS CONSERVADORES La primera prueba fuerte para Beatriz Paredes, embajadora de México en Brasil, llegó. Defender a dos jóvenes funcionarios panistas que armaron tremendo desastre en tierras cariocas y miembros del partido que muchas veces padeció en la capital del país. Rafael Medina, secretario de Gabinete de la delegación Benito Juarez y Sergio Eguren, director general de Desarrollo Delegacional, ahora sí metieron en un embrollo a su jefe y “hermano”, el delegado Jorge Romero. Juntos, los funcionarios ganan más de 120 mil pesos y aún no explican en papel de qué se encontraban en Brasil, si tenían vacaciones o pidieron permiso sin goce de sueldo. Fuentes panistas comentan que con tan “distinguido comportamiento” —presuntamente toquetearon a una mujer y golpearon a su esposo— estos panistas apagan los planes que para ellos tenía Romero y casi firmaron su expulsión del PAN. Y es que Rafael Medina, aunque con plaza en Benito Juárez, ya se le veía seguido por la Miguel Hidalgo haciendo trabajo para buscar votos y candidatearse como delegado. A Sergio Eguren, Jorge Romero ya le había echado el ojo para que fuera su sucesor. Ahora, a esperar en qué termina el papelón panista.

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