La tónica de la túnica

OPINIÓN 01/05/2015 05:00 Actualizada 05:00

EL NUMERAL cinco del artículo 227 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales dice: "Ningún ciudadano podrá participar simultáneamente en procesos de selección interna de candidatos a cargos de elección popular por diferentes partidos políticos, salvo que entre ellos medie convenio para participar en coalición".

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió el miércoles, con cuatro votos a favor y uno en contra, revocar la candidatura de Marcelo Ebrard a diputado plurinominal de Movimiento Ciudadano, por violar la referida prohibición, al haber participado en los procesos de selección interna del PRD y del partido que finalmente lo postuló, acusación ésta que presentó el Partido Verde.

Ebrard, en efecto participó a principios del año en el proceso de selección interna del PRD, que concluyó el 22 de febrero. No obtuvo la candidatura y renunció a ese partido el 27 de febrero. Después, el 20 de marzo, se informó que estaba en las listas de candidatos a diputados de representación proporcional de Movimiento Ciudadano.

¿Participó Ebrard simultáneamente en los procesos de selección interna de candidatos del PRD y del MC? No, al parecer, si nos atenemos a lo que el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española nos dice del término simultáneo: "Dicho de una cosa que se hace u ocurre al mismo tiempo que otra". Ebrard participó en dos procesos, sí, pero no simultáneamente en los dos procesos. De ahí que al razonar su voto en contra, el presidente del TEPJF, Constancia Carrasco Daza dijera: "No observó simultaneidad objetiva". No así sus colegas. El ponente Pedro Esteban Penagos dijo que está acreditado que Ebrard participó en dos procesos y sí, pero ¿simultáneamente? Flavio Galván explicó que hubo "simultaneidad jurídica" (¿?), María del Carmen Alanís fue una "simultaneidad en modalidades distintas" (¿?) y Manuel González Oropeza simplemente señaló que el artículo 227 fue violentado.

Por lo visto, hasta ahora, lo que se violentó fue el derecho constitucional de Ebrard a ser votado, pues la simultaneidad no parece estar suficientemente demostrada. La decisión se ve burda, lleva a pensar que fue un atraco con dedicatoria en el que usaron a los inconmovibles señores de túnica, o mejor dicho de toga, que es una túnica para las formalidades académicas y jurisprudenciales. La tónica de la túnica.

Y no es que se intente justificar la pretensión del ex jefe de gobierno de ser diputado para tener fuero y evitar que lo procesen por las irregularidades de la Línea 12 del Metro. Una decisión, por cierto inatacable, vulneró su derecho y envía una señal ominosa respecto al proceder de estos hombres que tendrán la última palabra en materia electoral.

De ribete, el Senado desechó la terna con que se debe sustituir una de las magistraturas, la de Alejandro Luna Ramos, lo que significa que el tribunal quedará con seis integrantes, lo cual sugiere posibles empates que deberán romperse con el voto de calidad de su presidente Carrasco Daza.

Ebrard ya dijo que recurrirá a la Corte. No puede será la de Justicia de la Nación porque en materia electoral el TEPJF tiene la última palabra, es la última instancia. Será, en todo caso, la Interamericana de Derechos Humanos que, para cuando resuelva, ya habrán pasado las elecciones.

En ellas, a Ebrard se le va el fuero y a Dante Delgado, el mandamás en Movimiento Ciudadano, una figura que le habría garantizado votos suficientes para no sufrir con el mantenimiento del registro.

Instantánea. FRENÓN. Que la Cámara de Diputados le ‘metiera frenón' a la Reforma Política del DF aprobada a las carreras por el Senado, es lo mejor que nos pudo haber pasado a quienes vivimos en la ciudad de México. El tema sí es muy serio como para avanzar en él tan ‘al vapor'. Cambiar el estatus jurídico de la capital del país es un asunto que ameritaría una consulta popular seria, pero el uso de ese recurso de democracia directa está limitado, no permite temas de elecciones e impuestos, y la reforma de marras pasa por ambos aspectos. Se irá hasta el próximo periodo ordinario de sesiones y, ya verá usted, no muy a corto plazo. Por lo pronto, hay que exigir que los senadores hicieran públicos los acuerdos cupulares que permitieron que la reforma avanzara. ¿Qué se dio a cambio de qué?

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