Obama: la visita

OPINIÓN 01/05/2013 01:00 Actualizada 01:00

El conflicto magisterial en Guerrero y Michoacán, y la toma de la Rectoría de la UNAM están en un punto muerto. No hay solución a la vista ni por el lado de la política (para desactivarlos sin romper más vidrios), ni por el lado del uso de la fuerza y el castigo judicial. Y así estarán lo que resta de la semana por una razón fundamental: la visita al DF del presidente de EU, Barack Obama, que tendrá lugar mañana y pasado mañana. Mejor que esos problemas queden congelados unos días más que hacer cosas para atizarlos y revelar que Enrique Peña Nieto no tiene al país bajo control.

Obama estará en nuestro país por cuarta ocasión, aunque esta será la primera visita en su segundo periodo al frente de la Casa Blanca tras su reelección. En su primer periodo vino tres veces: el 16 y 17 de abril de 2009 llegó en visita de Estado a la capital del país y se reunió con el entonces presidente Calderón; cuatro meses después, el 9 y el 10 de agosto de aquel 2009, partició, en Guadalajara, en la V Cumbre de Líderes de América del Norte; y el 18, 19 y 20 de junio del año pasado estuvo en Los Cabos, Baja California Sur, en la Cumbre del Grupo de los 20.

En esas tres visitas, el gobierno de México estaba totalmente abierto a las decisiones de Washington en materia de seguridad y combate al narcotráfico. Se aplicaba al pie de la letra una estrategia diseñada allá a cambio del apoyo dado a través de la Iniciativa Mérida. Calderón apenas reclamaba detener el flujo de armas a través de la frontera y Obama se comprometía a hacerlo y prometía, además, la aprobación allá de una reforma migratoria integral que legalizaría a millones de indocumentados, la mayoría mexicana.

Al cabo del tiempo, y ya en el segundo periodo de Obama al frente la Casa Blanca, el Senado estadounidense le bateó su iniciativa sobre control de armas mientras que la reforma migratoria ha avanzado a tropezones sobre la base de un acuerdo bipartidista (demócratas y republicanos), por lo que parece que llegará a buen puerto.

Pero Obama, en vísperas de su visita a México, ha declarado que el encuentro con Peña Nieto se enfocará al tema de la economía, lo que no quiere decir, precisó, que no se vaya a hablar de seguridad y migración.

Por el lado de la economía, un tema crucial para Washington es el de la reforma energética en nuestro país, que abriría al capital privado de EU la posibilidad de participar en la exploración y eventual explotación de nuestros yacimientos, sobre todo los existentes abundantemente y compartidos en aguas profundas del Golfo de México. Pero todo indica que mientras eso ocurre, EU quiere garantizar el suministro de petróleo que eventualmente le retiraría Venezuela tras el desconocimiento del triunfo electoral de Nicolás Maduro.

Aún así, el tema de la seguridad será inevitable, más ahora que The Washington Post hizo saber la preocupación de Washington respecto a un enfoque diferente del gobierno de Peña Nieto en la estrategia de combate a la delincuencia organizada, menos permisivo a la intervención de las agencias estadounidenses y que, en su afán de disminuir la violencia, lo lleve a pactos informales con los grandes cárteles del narcotráfico.

En esto de los pactos informales con la delincuencia quizás haya un exceso interpretativo de Washington. Lo que sí parece claro, y así lo hizo saber la semana pasada el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en su visita a la capital estadounidense, que ya no será el dejar hacer, dejar pasar de los tiempos de Calderón.

Por lo pronto y para enviar la señal de que de ninguna manera se ha bajado la guardia en el combate al narcotráfico, la Segob anunció ayer la detención en Sinaloa de Inés Coronel, padre de la tercera esposa de Joaquín El Chapo Guzmán Loera y uno de los traficantes de mariguana más buscados en EU.

El subsecretario de Normatividad y Medios, Eduardo Sánchez, dijo que la captura se realizó sin un solo tiro, con el afán gubernamental de disminuir la violencia. Pero ésta, por desgracia, se mantiene casi en los mismos niveles del último año de gobierno de Calderón.

Instantáneas

1. DIA DEL NIÑO. Mal deben haberlo pasado los 18 millones de menores que viven en pobreza y los 27 mil 107 huérfanos que viven en casas hogar y orfanatos del país, de acuerdo con datos del Inegi.

2. ARRAIGO. Con 49 votos a favor, cero en contra y una abstención, la Asamblea Legislativa aprobó ayer eliminar esa figura cautelar en el DF. Y la Cámara de Diputados, casi al cierre del período ordinario de sesiones, aprobó reducirlo a nivel federal de 40 a 20 días. La minuta fue enviada al Senado. ([email protected])

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