Rastrear la basura para vivir mejor

OPINIÓN 01/04/2014 05:00 Actualizada 05:00

Mientras la gente duerme, una extensa población de ratas “roban” la basura de las casas de un barrio clasemediero en San Diego, California, pero no son los únicos que a hurtadillas extraen todo tipo de desperdicios; aunque eso sí, sus propósitos son distintos de la alimentación.

Científicos como Óscar Romo, profesor de Planeación Urbana de la Universidad de California, clasifican, pesan y marcan la basura con microchips para después devolverla a los contenedores. En los meses siguientes harán un seguimiento de los desperdicios que, ahora, han recuperado su utilidad: conocer cuánta lluvia será necesaria (cantidad de energía) para desplazarlos desde los basureros o las calles hasta el inevitable contacto con el mar, en el estuario cercano a Tijuana.

Otros datos aparecerán en ese monitoreo: los puntos en que tal cantidad de basura provoca taponaduras a la red de drenaje; el tipo de desperdicios que tarda más en ser absorbido por el entorno y, no menos importante, los hábitos sociales y la relación que los humanos establecemos con la basura, quizás el objeto más distintivo de nuestra cultura; así como los comportamientos que nutren a las plagas que históricamente nos han acompañado, como ratas y cucarachas, genuinos focos de infección y enfermedades.

Esos datos duros pueden servir para diseñar mejores políticas públicas para manejo y control de basura y plagas, pero también para fomentar mejores prácticas ciudadanas como: reusabilidad, reciclaje y separación de desperdicios; o para inhibir la producción de materiales que tardan miles de años en ser degradados, como el unicel, “material plástico y rígido fabricado a partir del moldeo de perlas de poliestireno, que presenta una estructura celular cerrada y rellena de aire, es un producto muy contaminante”. (http://goo.gl/vwjIli)

Si cada uno de nosotros es capaz de comprender que el trozo de alimento dejado caer al suelo será comida de ratas; o que la envoltura de plástico será arrastrado por las corrientes formadas por las granizadas –como caídas en el DF el pasado fin de semana– y se convertirá en tapón de alcantarillas; o que tirar la pila del celular contaminará por millones de años la Tierra, y que, llevado por esas reflexiones, modifiquemos nuestros hábitos de higiene, entonces podremos decir que estamos heredando a nuestros hijos un mundo mejor.

Comentarios