Chivitas al precipicio

Roberto García Castañeda

OPINIÓN 16/04/2019 23:15 Roberto García Castañeda Actualizada 09:40

En el club Guadalajara las cosas están del nabo. No hay un líder en la cúpula. No hay un mentor a nivel de cancha. Y tampoco un jugador que se eche al equipo al hombro. Ya ni hablamos de un crack o un ídolo. Estas Chivas son una caricatura de aquel equipo grande que antes presumía.

Y quien acaba pagando los platos rotos siempre es el aficionado fiel, ese que compra los boletos para ir a verlos jugar, el mismo que compra la botana y las chelas para festejar cada gol en casa.

Pero no le dan motivos para la felicidad. El Rebaño Sagrado lleva una anotación en siete partidos. Y además fue de penal, en la derrota de 2-1 ante Pumas. Para acabarla, suma un empate y siete derrotas al hilo.

Si todo quedara allí, en el anecdotario para la tristeza, no pasaría de ser un mal momento. Pero no, parece que viene lo peor. El equipo grande está en riesgo de caer en la hoguera del descenso para la próxima temporada.

Su solución: correr a José Cardozo y llamar al bombero Tomás Boy. Ya se vio que no va a poder. Fracasó en Cruz Azul y lo hará en el Guadalajara. Ya está rebasado, es obsoleto.

Y ayer mismo dio una muestra burda de ello: en lugar de asumir un rol de 'Jefe', se vio como la jefa buena onda cuando sus hijos se van de parranda: déjenlos, deben aprender a ser responsables.

Tres jugadores de Chivas andaban de fiesta, en lugar de concentrarse en lo deportivo, pero Tomás Boy se hizo de la vista gorda: “no sé nada y no soy nana de nadie”. Así que dejó entrever que no tiene carácter para frenar las indisciplinas.

Mientras, las chivitas están mirando al precipicio. ¡Se tenía que decir y se dijo!

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