Celebremos las diferencias

Lupita Martínez

OPINIÓN 14/11/2018 09:21 Lupita Martínez Actualizada 11:22

Es ‘fifí’ todo lo que difiere de lo que piensa, hace o dice cierto porcentaje de la sociedad. Ahora en nuestra polarizada sociedad se critica hasta el estilo de marchar, leía que era ridícula la llamada ‘marcha fifí’ porque algunos de sus participantes se tomaban “selfies” y paseaban a sus perros, también les criticaban la ropa que vestían o que fueran en ‘bici’. Y mire usted amable público conocedor, yo me pregunto si existe un estilo particular y obligatorio para salir a manifestarse o quiénes ostentan el derecho exclusivo de hacerlo y cuál es el código de vestimenta aceptable. Es increíble la creciente intolerancia a la individualidad y por lo tanto a las diferencias. Ahora se descalifica a quien piensa y opina diferente arguyendo que lo que dice carece de valor por el género (preferencia sexual), por la condición social (rico o pobre) por la edad (jóvenes o maduros), etc… 

Cada vez se argumenta y se discute menos, ahora se insulta y agrede, el lenguaje de odio ha ganado terreno y lo que es peor, quienes lo utilizan afirman que “tienes que aguantar vara porque para eso publicas”, como si ser receptivos a la agresión fuera parte del trabajo. 

El lenguaje de odio y la agresión, velados y/o manifiestos no son sanos para ninguna sociedad, por eso no se puede en medios masivos menospreciar y mucho menos incitar a la discriminación; eso ni en privado, ni en redes sociales, ni en lugar alguno. No debería una conductora o un conductor, ni periodista inducir al público a este tipo de conductas, la falta de preparación de algunos ha desviado la crítica y observación del trabajo que un artista ofrece (esto en el tema que nos ocupa a nosotros) al escrutinio de su vida y lo que es peor, en ocasiones de su persona. Por ejemplo, he escuchado y visto en un programa en vivo matutino cómo una conductora hace bromas de mal gusto a alguno de sus compañeros, poniéndolo en una situación incómoda y eso que este programa presume de ‘amor y paz’. Y si el conductor no tuviera encanto y seguridad, los comentarios probablemente le afectarían. Y podrán alegar que todos se llevan bien (como acostumbran a decir todos que hasta se llaman ‘familia’) pero el público percibe estas actitudes como agresiones que incomodan. 

Pero como le dije, lo anterior es nada más un ejemplo y en general el ideal sería que todos los programas invitaran a la reconciliación y no al enfrentamiento, pero en realidad y no sólo en guión, como cuando hacen sus campañas contra el bullying en menciones y comerciales. 

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