El domingo se juegan dos partidos sin relevancia a los que pomposamente se les llama ‘Campeón de campeones’ y ‘Súper Copa’. Nada más alejado de la realidad y que no ayudan a entender lo que debe ser el fin de semana de emblema para arrancar una temporada. No le demos más vueltas a algo que no sirve. Es algo que debe cambiar. 

Un Campeón de Campeones es alguien que gana una Liga o una Copa y se disputa ese gran juego, de ahí la importancia en todo el mundo.

Por ejemplo, el juego de la Súper Copa lo jugará el Necaxa, que lleva rato sin ganar algo, pero al no poder jugar el América le tocó la rifa y se enfrentará al Cruz Azul. 

El problema es que esas decisiones fastidian la legitimidad de un domingo que de ser bien armado debería tener seriedad y que sirva de contabilidad en la historia de los títulos.

Tigres y América no se juegan nada el domingo, ni el orgullo. Eso sí, les servirá para fanfarronear a las dos aficiones más pedantes de nuestro fútbol. 

Y la otra final, pues que la juegue el Necaxa provoca un partido de relleno que seguro será anecdótico porque Cruz Azul puede perder “otra final”. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A dos finales sin chiste.