Hay luchadores que cuando pierden la máscara, dejan en ella la esencia que los hizo luchadores, pero hay excepciones de estetas que tienen la coraza tan gruesa que soportan esa y cualquier afrenta, para seguir en la batalla de los costalazos de paga.

Así están viviendo los hermanos Chávez, Niebla Roja y Ángel de Oro, sus etapas post capuchas. Se han levantado de la lona en más de una ocasión, cuando parecían condenados al destierro.

Tras perder la tapa con el Gran Guerrero, en septiembre del 2017, Niebla Roja no se cayó, mejor aún, se reinventó y pasó por las armas a tres rivales que intentaron quitarle la cabellera en luchas de apuesta.

Verdugo de Furia Roja y Rey Bucanero, aliado a su hermano, acabó también con los “Ingobernables”, el Terrible y la Bestia del Ring, en marzo pasado.

El mayor de los herederos de Apolo Chávez ha sido el baluarte de la dinastía. Nivel que confirmó el pasado viernes en la Arena México, cuando con todo en contra, terminó con las aspiraciones de Dragon Lee y Místico para llegar a la final de la Copa Dinastías.

Por su parte, la carrera del Ángel de Oro ha sido marcada por la función de “Homenaje a dos leyendas”. En el 2018 fue víctima del ascenso del Cuatrero, quien descubrió su identidad. Hace unos meses, en la misma cita, conquistó las matas de los “Ingobernables”.

Con el favoritismo en contra, los Chávez tienen este viernes un duelo vital en su futuro, cuando se midan con Rush y la Bestia del Ring, en la final del torneo de familias, en la Arena México. 

¡Buenas luchas!