Lo de hoy son las historias contadas en pocos capítulos, es lo que el público pide y existe un creciente desprecio por las series de más de 30 que requieren de subtramas para poder sostener la atención del público. La verdad es que la series largas no son necesariamente malas y las cortas no son necesariamente buenas. Ahora la idea es llevar a la televisión y a las diferentes plataformas las historias contadas en cortito, rápido para que el público las consuma de la misma manera, rápido y vorazmente y mire usted público conocedor, eso de tomar la vida de un bocado tampoco es bueno, para poder apreciar las cosas en general hay que saborearlas despacio. 

La oferta ha crecido tanto y la competencia es tan grande que como público nos estamos acostumbrando a productos fáciles y rápidos de preferencia morbosos aunque la producción sea pobre y no se trabajen personajes interesantes, es como preferir la comida rápida que los buenos platillos caseros o de preparación cuidadosa como en algunos restoaranes. Desprecian las telenovelas pero consumen productos con personajes aun más planos. 

Ahora creemos cualquier mentira y la valida la cantidad de personas que la vean y no la verdad misma, aparentemente exigimos buenos productos cuando en realidad somos consumidores de mentiras (usted y yo no los somos amable público conocedor, pero lo escribo en plural para que no nos digan que discriminamos), hacemos ídolos falsos y los defendemos por sus discursos demagogos y somos incapaces de emitir juicios objetivos sobre sus conductas. Y aunque parezca lo contrario, me refiero a los personajes que nos presentan en ciertas series en donde ahora los malos son los héroes a seguir y el concepto de justicia se ha visto totalmente torcido y mire, nos guste o no pero la televisión y demás medios masivos son formadores, son parte de un contexto porque la educación no solo da en casa y en la escuela, también interviene el contexto y ambiente y con esos conceptos erróneos se están formando nuestro niños y adolescentes. La violencia en todas sus formas se ha vuelto “normal” por ser común y a pesar de las aparentes quejas de la sociedad por la situación que se vive en México, el público sigue pidiendo las series sórdidas en las que se hace apología de la violencias. Pensemos con que vamos a nutrir la mente nuestra y de los nuestros.