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Sandra aceptó rentar su vientre por falta de dinero, en Sinaloa; esta es su historia

Aunque en Sinaloa está regulado el alquiler de un vientre, una familia violó la ley y arriesgó la vida de quien tuvo a sus bebés

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(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 08/10/2019 13:01 Melissa Amezcua Actualizada 13:05
 

MAZATLÁN.– Sandra aceptó rentar su vientre por más de 150 mil pesos pensó que el dinero no le caería mal, podría dejar su trabajo como cajera de un supermercado y así pasaría más tiempo con su hija de seis años. Su nombre real fue modificado a petición de ella y por su seguridad. 

Era una tarde de junio y la mujer de 22 años  estaba en la banqueta de su casa, en la colonia Azteca, en la periferia de Mazatlán, cuando su mejor amiga le platicó a ella y a otras mujeres que la dueña de una joyería en  una zona   exclusiva estaba en búsqueda de alguien que “se dejara meter un bebé por 150 mil pesos”. Sandra levantó la mano.

Un par de semanas después, sin haberse practicado ninguna prueba médica, la joven le envió  documentos oficiales por WhatsApp a alguien que se identificó como la amiga de la pareja que buscaba un vientre en alquiler.  

A los tres días, una mujer de 26 años se bajó de una camioneta negra de último modelo y tocó la puerta de la casa de la mamá de Sandra. 

IDENTIFICADO

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta práctica es parte de las técnicas de reproducción asistida. 

A  las mujeres que rentan su vientre a terceros, en este caso Sandra, se les conoce como madres gestantes. 

En el argot coloquial de quienes se dedican a promover esta práctica, la mujer que alquila un vientre se le llama “madre de intención” o “solicitante”. No obstante, especialistas que han analizado este ejercicio han renombrado  el proceso como explotación de mujeres con fines reproductivos. 

Sandra no leyó el documento que firmó, sólo supo que por todo el procedimiento le darían 180 mil pesos, 30 mil más de lo que le habían ofrecido al inicio.  

La solicitante, una mujer de 26 años residente de una privilegiada colonia en Mazatlán, le pidió que comenzara a tomar estrógenos y a inyectarse hormonas en el vientre. A pesar de que ya había comenzado a alterar su cuerpo, hasta ese momento no había recibido ningún pago.

Sandra parió a dos niñas por cesárea, pero no la dejaron que las viera, a cambio de 3 mil pesos más del total tuvo que extraerse toda la leche materna que pudiera y ceder los derechos de las menores en el Registro Civil, ahí se acabó el procedimiento recibiendo el pago prometido. 

FUERA DE LA LEY

Tabasco y Sinaloa, donde contactaron a Sandra, son los únicos estados en México que cuentan con la figura legal de la gestación subrogada.  

En 2013, el exgobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, modificó el Código Familiar para permitir el alquiler de vientres, como se detalla en los artículos 282 al 297. 

No obstante, sólo se permite cuando una mujer padece contraindicaciones físicas o médicas para embarazarse. 

Sinaloa registró apenas 26 notificaciones de contratos de reproducción humana asistida y la gestación  subrogada emitidos por notario público desde 2013 a la fecha. 

En el caso de Sandra no se siguieron todos los procesos legales. De entrada, ella tenía 22 años cuando firmó el contrato y la edad mínima, según la legislación estatal, es de 25. 

Además, debido a que la familia de la solicitante tenía relación con otros médicos, fue llevada a Guadalajara a realizarle la transferencia de óvulos fecundados en una clínica privada. La práctica no está regulada en Jalisco.

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