con herramientas antiguas

Joven rescata la elaboración de sombreros artesanales, en Toluca

Hace 10 años, Rodrigo abandonó la Antropología para dedicarse al oficio que le enseñaron desde los 12 años, cuando el sector estaba en picada pues ya pocos usaban este accesorio

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(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 06/06/2019 13:05 Claudia González Actualizada 13:05
 

Entre herramientas con más de 125 años de antigüedad, algunas de ellas importadas desde París y otras heredadas de su abuelo, Rodrigo García Guerrero trata de mantener a flote la producción de sombreros con una técnica artesanal que consiste en diseñar cada producto de forma exclusiva y pintar a mano algunos.

En la calle de Villada, se encuentra El Texano, un pequeño establecimiento en el que se observan vitrinas con sombreros hechos de lana, pelo de conejo, castor, nutria y colores que salen de lo común, ninguno se parece a otro, todos son únicos. “Son obras de arte”, consideran los clientes. 

El joven de 28 años aprendió el oficio de su abuelo quien a su vez lo heredó de su padre. 

RESCATE

Hace 10 años, Rodrigo abandonó la Antropología para dedicarse al oficio que le enseñaron desde los 12 años, cuando el sector estaba en picada pues ya pocos usaban este accesorio. 

Con el paso de los años, dice, logró independizarse de la tienda familiar en Tenancingo para abrir su propio local en Temoaya. Apenas hace dos años, abrió una sucursal en Toluca, donde comenzó a crecer la demanda.

“Es una cultura que renace, tanto que incrementó 80% la demanda en los últimos días”, explica. 

 Mientras le da forma a una de las piezas de lana de borrego, platica que elaboran productos de acuerdo con el perfil del interesado y le dan un enfoque distinto al que tienen el resto de las tiendas que producen en masa: “Hacemos uno en horas o días, dependiendo de la solicitud y de los detalles”.

El lugar está lleno de ejemplares que permiten tocar y percibir la calidad del material. 

“Quienes más demandan material son los integrantes de las logias masónicas, es básico para su vestimenta y gracias a ellos he llegado a EU, Australia, Canadá y Japón”, cuenta el artesano.

Hay sombreros para todo tipo de ocasiones, el color puede ser cualquiera, él también hace las mezclas, todo el proceso es 100% a mano y eso deriva en costos que van de mil 100 hasta 30 mil pesos. 

En el negocio no sólo se encuentra Rodrigo, lo acompañan Camila, su bebé de seis meses, y su esposa Ahira. Todos dedicados al negocio y le gustaría que sus hijos continúen con esta actividad. 

“Quiero mantener la tradición. Es complicado porque pocos respetan la técnica. Nosotros conservamos hormas exclusivas, eso los hace sofisticados”, cuenta. 

(Fotos: Artemio Guerra Baz / Cuartoscuro)

 

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