Consorcio Internacional Quetzalcóatl S.A de C.V

Investigan a proveedora del STC Metro por presunta corrupción

Refacciones chafas destapan que CIQ era intermediaria y no especialista en trenes

Investigan proveedora STC Metro presunta corrupción

(Foto: Hugo García, El Gráfico)

Al día 22/03/2019 09:00 Édgar Córdova Actualizada 10:39
 

El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro de la Ciudad de México compró a una empresa dedicada a la venta de Instrumental Médico, Incubadoras y Camillas los diferenciales que utilizan los trenes modelo NM-02, piezas que permiten que las llantas de la derecha y la izquierda de cada unidad giren a velocidades distintas para que el convoy no se desestabilice y tenga una mejor conducción.

Previo a la firma de estos contratos, se realizaron tres licitaciones públicas que se declararon desiertas, por lo que se acordó que el personal del STC realizara dichas labores y que el Metro comprara las refacciones por adjudicación directa. 

El Consorcio Internacional Quetzalcóatl S.A de C.V (CIQ), dedicado a la venta de instrumental médico, obtuvo dos contratos por un monto de 997 millones de pesos. Uno de ellos ampara el pago de 966 millones de pesos por la compra de los diferenciales; el otro fue para dotar kits de mantenimiento para diferenciales. 

El recurso salió del Fideicomiso Maestro del Sistema de Transporte Colectivo Metro (Fimetro) y que proviene del incremento al boleto aplicado el 13 diciembre de 2013, por el entonces jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa. El monto de los dos contratos representa el 41.15% de los recursos erogados por el Fideicomiso.

NO CUADRA. En el análisis realizado por la actual administración a los estados financieros del Fimetro se señala que CIQ fungió sólo como intermediario para realizar la compra de las refacciones, porque los fabricantes de dicha pieza de la marca “Texelis”, son una subsidiaria de Renault Trucks, con quienes pudieron ser adquiridos, sin recurrir a un tercero.

En total, se compraron mil 19 diferenciales para los trenes modelo NM-02 que circulan por la Línea 2 y la Línea 7.

Sin embargo, 18 de estos mecanismos han presentado fallas, dejando al descubierto que el consorcio era un intermediario, ya que no envió a sus representantes a los talleres cuando el Metro reclamó la garantía de las piezas y sólo se pactaron tres reuniones para determinar las causas de las averías.

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