Se viene abajo su patrimonio

Misael Zavala

A escasos 10 metros de distancia, don Rogaciano ve con incredulidad cómo dos máquinas demuelen el hogar que habitó por 33 años. 

Dos días después del sismo, la fase de búsqueda de cuerpos ha terminado en Jojutla, ayer comenzó la demolición de casas, edificios, iglesias y escuelas que quedaron seriamente dañadas. Algunas apenas se sostienen en pie, están al borde del colapso, lo que apresura las labores de remoción ante un riesgo mortal de derrumbe. 

La casa de Rogaciano Ortiz, en la calle 18 de Marzo, en la colonia Emiliano Zapata, fue una de las primeras en ser demolidas. En esta zona, así como el centro de Jojutla, se concentraron las mayores afectaciones del estado en cuanto a su estructura, con más de 350 inmuebles que quedaron en escombros. 

Con un cubrebocas, sin protección alguna, el señor de 62 años ve inmóvil cuando la casa de dos pisos colapsa hacia un costado. A lo lejos se percibe lo que fue la estancia y el baño. 

La zona se cubre de un polvo pesado que pica la garganta, algunas piedras salen volando, y muebles también, mientras se escucha el grito de júbilo de los trabajadores que durante horas intentaron derrumbar la estructura. 

Don Rogaciano, pastor de una iglesia evangelista, camina precavido hacia los escombros. Recoge papeles, ropa y mochilas que, a pesar del derrumbe, han quedado intactos. Su esposa Orma lo guía desde lejos. Le pide recoger otros objetos que pueden seguir utilizando. Por fortuna, ninguno de los dos estaba en casa el martes 19 de septiembre, cuando el sismo azotó con fuerza a Jojutla. 

La casa de la familia Ortiz fue la primera entre un sinfín de edificaciones que tendrán que ser demolidas y reconstruidAs. Una labor titánica para los brigadistas, que no son pocos, pero les faltan herramientas para levantar el municipio. Al menos 15 máquinas trabajan a marchas forzadas en la colonia Emiliano Zapata. El daño por el terremoto se extiende por toda la colonia: banquetas, bardas, edificios, casas y comercios registran daños parciales o totales. 

En esta zona de Morelos la tensión es fuerte. Los pobladores están alerta por las réplicas. Ayer, una vivienda agrietada comenzó a crujir y tuvo que ser evacuada. Todos los habitantes duermen en las calles, vigilando las cosas que lograron rescatar.